_
_
_
_

Relaciones tempestuosas

El primer contacto conocido entre el narcotráfico y la Iglesia católica en México no pudo ser más violento: el 23 de mayo de 1993, el cardenal Juan Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara, murió acribillado durante un confuso tiroteo entre bandas rivales del tráfico de drogas. Meses después, se hizo público que los hermanos Arellano Félix, jefes del cartel de Tijuana, se habían entrevistado con el mismísimo nuncio apostólico, Girolamo Prigione, para darle explicaciones sobre el suceso.De lo que no cabe duda es de que los capos mantienen buenas relaciones con la Iglesia. En ninguna ceremonia de las grandes familias del narcotráfico, sean bodas, bautizos o entierros, falta un sacerdote dispuesto a dar bendiciones. Y es que, como dice el padre Soto, sólo Dios tiene derecho a juzgar.

Más información
Un cura mexicano provoca un escándalo al alabar las limosnas de los 'narcos'

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_