580.000 chavales vuelven hoy a las aulas en el último curso antes de las transferencias

El regreso a las aulas es hoy una realidad ineludible para unos 580.000 chavales de educación infantil, primaria y primer ciclo de ESO en la Comunidad de Madrid. El curso comienza con la incertidumbre de cómo, cuándo y con cuánto dinero se materializarán las transferencias educativas a los gobiernos regionales, justo después de que los sindicatos hayan denunciado que los escolares madrileños son los que menos dinero reciben de todo el Estado. El director provincial de Educación, José Antonio Palacios, se encargó de subrayar los 6.625 millones invertidos en la región.

Un batallón compuesto por 142.000 niños de educación infantil, 306.000 de primaria y 132.000 de los dos primeros cursos de ESO regresa hoy a las calles de Madrid. Las instituciones lo han preparado todo. Metro y ENIT incrementarán sus servicios, recortados durante el periodo vacacional, en un 30/0 y en un 10%, respectivamente. La Policía Municipal extremará la vigilancia sobre el transporte escolar.Este año, el volumen de escolares madrileños vuelve a descender por culpa de la exigua tasa de natalidad de la región (1,3 hijos por mujer). En la región estudiarán este año 900.000 alumnos no universitarios, 27.000 menos que en el curso pasado y 52.000 menos que en 1995. Esta deserción se traduce en 105 aulas suprimidas en colegios de primaria, además de otras 90 en centros concertados (privados con subvención pública).La tendencia se invierte en el campo de la educación infantil -no obligatoria-, con 51 nuevas aulas. El Ministerio presume de haber conseguido la total escolarización de los críos de cuatro y cinco años, pero con los de tres sólo se ha llegado al 85%, "y hay déficit de plazas en tres centros: San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz y Rivas-Vaciamadrid", según admitió José Antonio Palacios.El número de profesores también se incrementa muy ligeramente: unos 43.000 en los centros públicos. Por ello, el Ministerio confía en no superar el número máximo de alumnos por aula marcado por la Logse, 25 en primaria y 30 en secundaria. Palacios confesó, no obstante: "Si en un caso concreto salen 32, no voy a poner dos aulas de 16. Es una cuestión de administración de recursos".

Este curso presenta la novedad de la desaparición definitiva de la enseñanza general básica (EGB), de la que el año pasado aún sobrevivía el octavo curso. Y toda la comunidad educativa anda pendiente de qué sucederá con la transferencia de competencias de la Administración central a las comunidades autónomas, fijada, en principio, para el 1 de enero.Sin embargo, comienzan a aflorar indicios de que el traspaso de papeles se pospondrá aún unos cuantos meses más, sospecha que comparte el propio Palacios. "La idea que tengo es que las transferencias se cerrarán en junio o julio. Si las autonomías negocian con el presupuesto de 1998, más generoso, entrarán en el juego", señaló.

Las transferencias deben reportar, en el futuro, una mejor dotación de las escuelas de la región. Para los profesionales de la enseñanza, el beneficio es doble: su movilidad geográfica se reduce (hoy, un profesor madrileño puede ser destinado, por ejemplo, a, Baleares) y se abre una puerta a la mejora salarial, como ya ha sucedido en Cataluña.Por su parte, Comisiones Obreras presentó el viernes un cuaderno sindical sobre la calidad de la enseñanza en Madrid en el que se proponen, "con carácter constructivo", docenas de mejoras. Entre ellas figuran la igualdad de oportunidades para el alumnado del medio rural, mayor autonomía para los consejos escolares, un programa de gratuidad para libros de texto o un plan regional de empleo "que aborde la recolocación de los trabajadores de la privada concertada afectados por la rescisión de conciertos".