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Mobutu, enterrado en Rabat sin solemnidad y sin testigos

La ceremonia que se preveía solemne y oficial terminó siendo familiar y a escondidas. Mobutu Sese Seko fue enterrado ayer en el cementerio cristiano de Rabat en la más absoluta discreción. Una comitiva compuesta por una ambulancia que llevaba el féretro, varias limusinas de la familia y un par de coches de la policía fue todo el despliegue del entierro del que fuera jefe de Estado de Zaire (ahora República Democrática del Congo) durante 32 años. Desde su muerte, hace una semana, no se ha podido ver el cadáver, ni durante el velatorio ni en el entierro de ayer, lo que levantó incluso sospechas sobre la veracidad de ese sepelio.La catedral de Saint Pierre de la capital marroquí no ofició ninguna ceremonia religiosa en honor al difunto, en contra de lo que se había anunciado días antes. El cementerio estaba totalmente acordonado por la policía marroquí, que impedía el acceso al mismo a toda persona ajena al entierro, en particular a los fotógrafos y periodistas de la prensa extranjera, a los que no dejó aproximar a menos de 100 metros de la entrada. Nadie pudo ver el ataúd.

Todas las casas del entorno que tienen vista sobre el lugar habían sido "requisadas" momentáneamente por la seguridad marroquí, para impedir que desde las mismas se pudiera observar o fotografiar el sepelio.

Sus hijos Manga, Kongolo y Nzanga, presentes en el entierro, hubieran preferido que la inhumación de Mobutu fuera provisional y que sus restos mortales fuesen trasladados posteriormente a su ciudad natal de Gbadolite, en el Congo. Su único consuelo es, quizás, que su última morada está en tierra africana.

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