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Alemania se acerca a criterio de Maastricht al rebajar al 3,1% su déficit público en junio

La Oficina Federal de Estadística, con sede en Wiesbaden, difundió ayer dos datos que suponen una grata sorpresa y un alivio para la economía alemana. El déficit público bajó a un 3,1% del Producto Interior Bruto (PIB) y, por lo tanto, se encuentra al borde de cumplir el criterio de convergencia del 3%, exigido por el Tratado de Maastricht para ingresar en la moneda única europea. Además, en el primer semestre de este año, el PIB, sobre todo gracias a la exportación, creció ya un 2% en términos reales, lo que representa un 2,9% respecto al año pasado.

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Tras las dos duchas de agua fría de los casi 4,4 millones de parados y el 2,1% de inflación, conocidos el martes, ayer volvió a brillar el sol sobre el oscuro panorama de la economía alemana. Si Wiesbaden no se equivoca en sus cálculos, Alemania está mucho más cerca de lo que suponían todos de cumplir con el criterio de convergencia más problemático y se acerca al objetivo de mantener el déficit público por debajo del 3,0%. Al final del pasado año, las perspectivas eran peores con cerca del 3,9% del PIB.Para mayor gozo, en esta estimación del déficit del primer semestre de este año, Wiesbaden no ha tenido todavía en cuenta los más recientes criterios de benevolencia establecidos por la Euroestadística de Luxemburgo. Según las últimas normas, no se contabilizará como déficit público el de los hospitales, ya que se les considera como empresas que prestan servicios a cambio de un pago. Si se excluyen las pérdidas de los hospitales, en Alemania podría rebajarse un 0,2% el déficit total. Esto dejaría al país dentro de la nota exigida para pasar la selectividad.

Al mismo tiempo, el PIB ha crecido en Alemania un 2% en la primera mitad de año, con lo que el Gobierno federal considera que está al alcance de la mano lograr el objetivo fijado de un 2,5% para todo el año. En el segundo trimestre, comparado con el año anterior, el crecimiento del PIB fue de un 2,9%. En el primer trimestre este crecimiento respecto a 1996 fue del 1,1%.

El motor de esta subida de la economía se encuentra, sin duda, en el sector exportador, del que dependen en Alemania ,uno de cada cinco puestos de trabajo. La exportación creció en el segundo trimestre de este año un 13,7%, las inversiones en capital un 5,6% y el consumo interno sólo un 1,3%. Estas cifras dejan claro de qué pie cojea la economía alemana y la falta de confianza de los consumidores. El ministro de Economía, el liberal Günter Rexrodt, expresó la confianza de que la fuerte expansión del sector exportador alcance cada vez más a la coyuntura interna.

Este crecimiento no se refleja en el mercado laboral con los casi 4,4 millones de parados. La productividad en Alemania aumentó un 4,5% en el segundo trimestre y, por perverso que parezca, puede decirse que los obreros alemanes cumplen con la vieja fábula "trabajar para su daño": cuanto más rinden, más puestos de trabajo destruyen. Por añadidura, según las recientes estadísticas, la discrepancia entre el crecimiento de los ingresos procedentes de actividad empresarial y del trabajo por cuenta ajena resulta casi escandalosa. Los ingresos procedentes de la actividad empresarial y del patrimonio crecieron un 10,5%, los del trabajo por cuenta ajena sólo un 0,7%.

[A este respecto, el canciller Helmut Kohl aseguró ayer que Alemania sufría una tasa de desempleo "dramática", a la vez que invocó a la "considerable carga suplementaria" debida a una inmigración "más fuerte que en un país tradicional de acogida como Estados Unidos".

EEUU durante 1995 a 600.000 emigrantes, mientras que Alemania recibió a 1,1 millones, según recordó Kohl hace unos días ante el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán.

El peso de la inmigración para justificar la alta tasa de paro ya es habitual en las argumentaciones del canciller desde hace varios meses].

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