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El Sinn Féin renuncia a la violencia para impulsar las nuevas conversaciones de paz en el Ulster

El Sinn Féin, frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), renunció ayer formalmente a la violencia y abrazó los principios esenciales para avanzar en la búsqueda de la paz para Irlanda del Norte. Pero en vísperas de las cruciales negociaciones que deben comenzar el lunes en Belfást, las manifestaciones de desconfianza en el campo de los unionistas acentuaron la incertidumbre en tomo al plan para poner fin al conflicto en el Ulster.

La decisión del Sinn Féin se produjo 51 días después de la última tregua decretada por el IRA y garantizó el acceso de ese partido nacionalista a la mesa de negociaciones patrocinadas por el Reino Unido y la República de Irlanda. Londres y Dublín presentaron esa decisión como un paso que inyecta esperanzas de un arreglo tras casi tres décadas de violencia. Gerry Adams, el líder de Sinn Féin, declaró: "Este es un hito. Existen expectativas y comprensión de lo que significa este momento".Los republicanos norirlandeses han mantenido negociaciones directas con el Gobierno británico en el pasado. Sin embargo, su participación en las conversaciones del castillo de Stormont con las principales fuerzas protestantes y representantes de Londres y Dublín abriría por primera vez un ciclo de contactos multilaterales en el que Londres y Dublín han invertido prácticamente todo su capital diplomático.

Sin embargo, el desenlace de ese esfuerzo era anoche incierto. Los jefes de los cinco principales partidos protestantes y probritánicos dieron ayer nuevos síntomas de descontento con el proyecto al rehusar asistir a la ceremonia en la que el Sinn Féin firmó los llamados Principios Mitchell. Y contrariamente a muchos pronósticos, el Partido Unionista del Ulster (UUP), de David Trimble, la principal fuerza en Irlanda del Norte, se negó ayer a confirmar su participación en las conversaciones que se inauguran el lunes. El UUP calificó el paso del Sinn Féin como "una farsa" y recordó que los republicanos vienen desde 1985 profesando su abandono de la lucha armada pero sin restar su apoyo al IRA.

Las negociaciones de paz comenzaron en Stormont en junio de 1996 bajo la supervisión del senador norteamericano George Mitchell, pero hasta la fecha no han incluido al Sinn Féin por su intrínseca relación con el IRA. Los seis Principios Mitchell aceptados ayer por el Sinn Féin en un documento firmado por Adams, el actual jefe del equipo negociador Martin McGuiness y la secretaria del partido Lucilita Bhreatnach, estipulan, entre otras cosas, que se debe renunciar a la violencia, llevar a cabo el desarme de todas las partes implicadas y aceptar el resultado de las conversaciones de paz, sea éste el que sea. En una declaración que se sumó a la confusión en torno al mecanismo del proceso de paz, Jim Gilbey, portavoz del Sinn Féin, dijo que su partido acepta la idea de un desarme "después de que se concrete un arreglo político".

"Lo que ha ocurrido hoy indica que las cosas se están moviendo de forma espectacular. En cierto sentido, estamos en una nueva era", dijo por su parte Paul Murphy, el ministro británico de desarrollo político en Irlanda del Norte. "Creo que la gente se ha dado cuenta que ha llegado la hora de decir ¡basta! y que hay que cambiar. Naturalmente ese cambio debe contemplar las aspiraciones de todos y durar para las generaciones venideras".

Recelo protestante

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El recelo protestante frente a la nueva estrategia del Sinn Féin y, en última instancia, de los miembros del IRA, está ilustrado con la tenaz oposición de las fuerzas probritánicas de los Unionistas Demócratas y los Unionistas del Reino Unido a negociar con los republicanos. Al boicot se han sumado rápidamente las dos principales fuerzas paramilitares probritánicas, la Asociación de Defensa del Ulster (UDA) y la Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF). Fuentes políticas señalan sin embargo que ambas podrían cambiar de posición si obtienen de Londres un compromiso para reducir las sentencias de afiliados encarcelados por cometer actos de violencia.

La mayor parte de las milicias protestantes han respetado la tregua declarada, en 1994, pero elementos disidentes han formado una nueva organización llamada Fuerza Voluntaria Unionista, a la que se acusa de varios asesinatos de republicanos católicos republicanos y de amenazar con extender su campaña a la República Irlandesa.

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