El disfrute de la vida

Tras algunos experimentos que se remontan a unos años atrás, finalmente Roberto Verino llega a la moda de hombre con estas propuestas para la primavera-verano del 98. "Es mi debú oficial con la ropa masculina. La filosofía de estas dos colecciones que presento, la de hombre y la de mujer, es la misma: el disfrute de la vida, que en las prendas se en cuentre lugar para el divertimento y el ocio, y que estén muy cerca del cuerpo, con sensualidad. Las prendas so bre todo deben ser muy ponibles, sencillas, tal y como las pide la esta ción misma del vera no", declaró el modista gallego minutos antes de comenzar el desfile.El secreto Verino está en la meditación del corte, una hechura correctísima con los pies en la tierra y en una selección de tejidos que no elude la innova ción sin descuidar un cierto sentido clásico. No faltan la seda y el lino en su generosidad estival y en los colores la gama oscila del marrón al blanco de las camisas, del gris de las blusas a una colección de hombre en tono os curo, casi grave, sin sorpresas, quieta en sí misma y con chaquetas tres botones de las que apenas se desmarcaba un traje blanco de aire indiano. Verino viste al hombre con distancia, elige una sastrería de taller convencional que dice al cliente algo así como que sin ser Cameron le ayude a llevar mejor este fin de siglo marcado por el más fe roz hedonismo; esta vez esa idea se extiende por la misma vía de patronaje a las chaquetas tres cuartos de las chicas, que se masculinizan esporádicamente con pantalones rectos y corbatas de luto.

Y el calzado, refina dísimo, para ellas con galgas atadas hasta casi las rodillas y para ellos, sandalias abiertas de aire ecológico; la peluquería, imaginativa y con un toque de exceso que se convirtió en humor.