El trabajo continúa en la "Casa del corazón puro"
Medio centenar de cuerpos escuálidos yacen inmóviles sobre sábanas verdes en camastros alineados. La habitación está oscura, por unos ventanucos altos entra un poco de luz, los ventiladores intentan mover el aire con poco efecto, una sola bombilla apenas logra iluminar la atmósfera húmeda. En Nirmal Hriday, Casa del corazón puro, hogar para los moribundos, es un día más, un día cualquiera excepto por una diferencia clave: la mujer que cuidaba a los moribundos, la madre Teresa, ha muerto. Un mensaje en una pizarra dice: "Nuestra querida madre se fue a la casa de Jesús el 5 de septiembre a las 9.30". "Ahora que la madre se ha ido, tenemos que continuar con su trabajo", dice Yasuki Shibuta, una voluntaria japonesa. Es casi imposible hablar con los recogidos en la casa, moribundos con la mirada perdida..., la mayoría no hablan más que dialectos locales.
Son mendigos o trabajadores muy humildes que vinieron a los congestionados barrios de Calcuta para ganarse la vida y que enfermaron de tuberculosis o de gastroenteritis y se les va la vida. No tienen a dónde ir ni nadie que les cuide..., a algunos hay que rescatarlos de sus propios excrementos, dice una voluntaria, Korak Day, de 25 años.
Los voluntarios van a Sealdah y Howrah, entre las áreas más empobrecidas de Calcuta, a buscar moribundos que necesiten ayuda.
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