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Reportaje:

El pulpo llegó al garaje

Los vecinos de una calle con iglesia, colegio de monjas e internado, contra un sex-shop

Antonio Jiménez Barca

En el número 23 de la calle del General Moscardó se emplaza la Basílica Hispanoamericana Nuestra Señora de la Merced, con clases de catequesis por la tarde y más de 3.000 feligreses por domingo.En el 24, se sitúa el colegio de monjas Patrocinio de las Siervas de San José, con 1.600 estudiantes de 3 a 18 años.

En el 24 bis, reluce la residencia privada de señoritas internas Nazaret, con reproducción añeja en blanco y negro de un Greco en el vestíbulo y horario de regreso para las 100 universitarias que viven ahí.

Y el número 25 ha sido el elegido por la empresa Maspermón para instalar un futuro sex-shop con actuaciones eróticas en vivo, cabinas excitadoras y venta de material pornográfico diverso. El pulpo entró en el garaje, y el vecindario de tan pía avenida se ha echado las manos, a la cabeza. Las pintadas de rechazo que muestra la fachada del local, que tiene la obra provisionalmente paralizada, constituyen sólo un ejemplo de la oposición.

Comandados por un abogado cuya empresa, Aznar y Asociados, SA, está colocada justo encima de donde quiere aposentarse el sex-shop, los residentes en la zona aseguran haber reunido 5.000 firmas contra la apertura de ese negocio. El abogado, Carlos Aznar González, augura un apocalíptico desfile caso de que el local acabe en la calle del General Moscardó: "Vendrán proxenetas, prostitutas, drogas y alcoholismo, ya se sabe, lo que acompaña a los sex-shop", predice. "¡Y en una calle con una iglesia, un colegio y una residencia de señoritas", añade.

La directora del colegio, la madre Mercedes Lozano, explica por qué está en contra: "Por protección al menor, y por seguridad; el tema de los pederastas ha estado últimamente en canción".

El párroco de la basílica, Gonzalo Ruiz, aunque especifica que " no hay que ser tampoco demasiado puritano", argumenta que el sitio "no es precisamente el más indicado, por los niños y los féligreses". El religioso ha recogido él solo, colocando los pliegos a la salida de misa, 1.000 firmas en contra del negocio. "Y eso que la iglesia, con las vacaciones, estaba a la mitad de gente", se enorgullece.Los vecinos han protestado a la junta de distrito de Tetuán amparándose en el Régimen Especial del Municipio en Materia de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Exigen la anulación definitiva del proyecto. Pero esto dependerá de la opinión de la concejala del distrito, Beatriz Elorriaga, actualmente de vacaciones.

Y ¿qué hace un local así en un sitio como ése? "Se ha visto que puede haber negocio y se hace", explica un portavoz de la empresa. "Todo es legal, absolutamente legal, y los sex-shop no tienen por qué llevar la degradación o la inseguridad a una calle. Lo que pasa es que no quieren perder prestigio en esa empresa", añade este portavoz.

Una de las universitarias internas sonrió irónicamente ayer al enterarse del asunto: "Y nos ponen a nosotras de pantalla, cuando las únicas vírgenes que hay en esta residencia son las que cuelgan en las paredes".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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