El veraneo y los 'okupas de discoteca'
Hace 30 años que, no había vuelto a Torre del Mar y la encontré desconocida. Playa limpia, bonito paseo marítimo y un largo etcétera de progresos. Todas estas apreciaciones fueron una mañana de un viernes, pero cuando llegó la noche, deseé desaparecer... Hasta más de las seis de la mañana fue imposible pegar ojo; por lo visto, tuve la imprudencia de residir en zona cercana al paseo marítimo, calle de paso para ir a las discotecas (lo llaman El Copo).La ida era con charlas, risas..., pero bueno, eran las once de la noche; a la vuelta, que se prolonga pausadamente durante toda la noche, se oía de todo; la mayoría de las personas, borrachas, con gritos, cánticos (berridos más bien), rotura de botellas y vasos... ¡y me habían advertido que no fuera a llamarles la atención!, ¡hubiera sido peligroso! Esto ocurría el viernes y pensé que era cosa del fin de semana; pero siguió el lunes, y el martes, y ya tuve que desistir de continuar veraneando en Torre del Mar...
No me extraña que las personas que sólo conozcan esta juventud estén tan decepcionadas; yo, gracias que conozco otra gente joven, respetuosa con el resto de las personas y con el medio en que viven.
Me sorprende de manera alarmante cómo arremetemos contra los okupas (me remito a la noticia del día 16 en EL PAÍS Madrid), donde la Asociación Atila, de Lavapiés, pide su desalojo por ruidos, pero ¿y los okupas de las discotecas, no sólo de Torre del Mar, sino de todo el país?, ¿qué pasa con los escándalos?, ¿o es que con las discotecas y pubs no hay quien pueda? ¿Pagan impuestos suculentos a los ayuntamientos y los okupas no? Menos mal que esta asociación reconoce que los okupas son gente educada y piden disculpas; desde luego, con los de las discotecas no creo que se atrevieran a llarmarles la atención, yo no osaría hacerlo, y no sólo por lo que me digan, sino también al apreciar la agresividad de la vuelta (palabras, amenazas, peleas, rotura de botellas y vasos, etcétera).
Aprovecho para unirme a la Asociación La Corrala y a las 600 personas que les apoyan y se autoinculpan como okupas, para que la okupación deje de ser delito, mientras no haya otras soluciones para los jóvenes.-
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