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La gerente de un concesionario arrasado en Ordizia pide a los etarras "otro puesto de trabajo"

El concesionario de vehículos Citroën de la localidad guipuzcoana de Ordizia, Garajes Txindoki, sufrió a las doce de la noche del sábado importantes daños a consecuencia de un incendio provocado en sus instalaciones por cuatro encapuchados que arrojaron, según fuentes de la Ertzaintza, varios cócteles mólotov.Tras el asalto, las llamas se extendieron rápidamente por la nave del establecimiento, situado en el polígono industrial de esta población de la comarca del Goierri, y calcinaron cinco turismos nuevos de la exposición, además de afectar a una parte importante de las oficinas, del taller mecánico y a la estructura del inmueble. La mitad del tejado quedó destruido.

La gerente del concesionario mostró ayer su malestar y disgusto por este atentado, el segundo que sufre el establecimiento desde que fue inaugurado en 1986 -año en el que la explosión de una bomba le causó serios daños-, y emplazó a los provocadores, si no quieren que trabaje allí, a que les den entonces "otro trabajo". "Aunque se trate de un concesionario de marca francesa, con esta marca nos ganamos el sueldo seis familias vascas que hemos sido las directamente afectadas. Si no quieren que trabajemos aquí, que nos den un puesto de trabajo en otro sitio".

Los de bomberos de la Diputación Foral encargados de sofocar el incendio tardaron más de media hora en controlar el siniestro y dispersar el humo que se produjo, para lo que utilizaron dos camiones cisterna y una autoescala.

El entorno etarra también arrojó dos artefactos incendiarios, a la una de la madrugada, contra un transformador de electricidad del barrio Alza, en San Sebastián. Los agresores no lograron alcanzar la instalación, que no sufrió daños. En Pamplona, grupos de violentos incendiaron varios contenedores de basura en distintos puntos de la ciudad a lo largo de la noche del domingo. Altercados parecidos se sucedieron en otras localidades navarras, como Lodoya y Tudea. Los bomberos tuvieron que inervenir en todos estos ataques callejeros para sofocar los fuegos.

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