Faltó emoción y toro
Aunque los toros de José Luis Pereda demostraron más mansedumbre que casta, y en general flojearon, la corrida fue entretenida y los toreros pusieron de su parte experiencia y conocimiento. No hubo emoción, que ésa la da el toro, pero sí interesantes pasajes de lidia.El mejor parado fue El Cordobés, que tuvo el lote más manejable y supo aprovecharlo con buenas y especiales maneras, marca de un sello que ha acuñado y él sabrá si hace bien. A su primero le hizo una faena desigual, le dio distancia y, sin obligarlo, fue desgranando muletazos limpios fuera de cacho. Probó los dos pitones y toreó más con la mano derecha. Y, como faltaba calor, se fijó en la galería y comenzaron los rodillazos, desplantes de espaldas, muleta arrojada en la arena y salto de la rana de los que en la actualidad tiene el copyright.
Pereda / Tato, Cordobés, Sánchez
Toros de José Luis Pereda, terciados, varios sospechosos de pitones, flojos, de juego desigual.El Tato: pinchazo y media (ovación); pinchazo y otro hondo (palmas). El Cordobés: pinchazo perdiendo la muleta y estocada (oreja); estocada atravesada (dos orejas). Cristina Sánchez: pinchazo bajo, otro hondo saliendo rebotada y descabello (silencio); estocada caída atravesada (oreja). Plaza de Alcalá de Henares, 29 de agosto. 2 a corrida de feria. Casi lleno.
En el quinto El Cordobés mejoró. Fue la suya una labor de enfermero, pero tendrá diploma porque le hizo faena completa a su noble toro, que había sido muy protestado por flojo. Empezó con suavidad, pases por alto y diferentes muletazos de recurso y pedagogía por ambos pitones. Pisó el terreno adecuado y a media altura fue corriéndole la mano con temple.
Ya sobre la mano izquierda bajó la pañosa y le ligó series pulcras y bien interpretadas. Pero aquello tenía que explotar, y a su favor, y remató faena con los alardes que prodiga.
El Tato hizo faenas voluntariosas a sus dos toros, que le dieron pocas facilidades. Más centrada la de su segundo, en la que se cruzó y obligó mejor a su toro de bravura nula, pues se rajó muy pronto. Estuvo seguro e incluso fácil.
Cristina Sánchez, a sus dos toros les dio muletazos de buena factura, no le faltó temple y tampoco sentido de la colocación, y estuvo mejor en el sexto, un manso de pobre recorrido y un tanto reservón.
En este último, sí se estiró por el pitón izquierdo con su muleta torera. El trasteo fue básicamente por redondos y alguno le salió largo y templado. Estuvo aquí hábil a la hora de manejar la espada, cazó a la primera al sexto, y se llevó una oreja en el esportón.