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Temor en EE UU a que la violencia se extienda a su territorio

17 asesinatos azotan la frontera tras la muerte del principal 'narco' mexicano

Los cadáveres de cuatro médicos estrangulados, apilados uno encima del otro al lado de la carretera; un abogado ingresado en estado crítico en un hospital local tras recibir cinco disparos; seis cuerpos acribillados con más de cien descargas por unos asaltantes armados con fusiles AK-47 en un asador... Al menos 17 personas han sido asesinadas en Ciudad Juárez, en la frontera con Tejas, al más puro estilo del hampa desde la misteriosa muerte de Amado Carrillo Fuente, que dirigió la más importante organización narco en México. Carrillo murió durante una operación de cirugía estética.

"Es la anarquía total", dijo el doctor Carlos Paredes, presidente del Colegio de Cirujanos de Ciudad Juárez, mientras se unía el pasado domingo a una manifestación de mil personas para reivindicar la paz por las calles de esta ciudad fronteriza, que se encuentra cerca de El Paso (Tejas).Las autoridades estadounidenses y mexicanas dicen que todavía no está claro si la ola de violencia cada ataque es más descarado y más brutal que el anterior- se deriva de incursiories por rivales del cartel de Carrillo en Ciudad Juárez o representa una sacudida interna. El grupo de Amado Carrillo entró en un periodo de gran turbulencia cuando se murió su padrino en la Ciudad de México, tras someterse a una complicada operación de cirugía plástica.

En cualquier caso, los recientes asesinatos representan un turbio final para el sofisticado reino de Carrillo, conocido por poder silenciar a sus enemigos -incluido el antiguo zar de la lucha contra el narcotráfico, el general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, hoy detenido en cárcel de máxima seguridad- con dinero en efectivo. Supuestamente, Gutiérrez estaba en nómina del cartel.

"En este momento, creo que habrá más derramamiento de sangre, hasta que emerja un nuevo líder", dijo Phil Jordan, ex director del Centro de Inteligencia de la DEA en El Paso.

El lunes, el zar antidroga de la Casa Blanca, Barry McCaffrey, comenzó una gira de una semana en la frontera suroeste de EE UU, y lo hizo reuniéndose con las autoridades de Ciudad Juárez, a las que felicitó por el "gran progreso" en la lucha contra los carteles. "Claramente la dedicación y valor de las autoridades le llevó a Amado Carrillo a la muerte", dijo McCaffrey, al sugerir que Carrillo se sometió a la cirugía plástica porque sabía que se estrechaba el cerco sobre él.

McCaffrey sufrió la vergüenza de haber elogiado la integridad de Gutiérrez poco antes de que el general mexicano fuera detenido; el lunes, reafirmó su compromiso de hacer de la guerra contra el narcotráfico una tarea binacional.

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"Seguiremos cooperando ante esa violencia y la influencia corruptora", dijo McCaffrey en una conferencia de prensa conjunta con el actual zar antidroga mexicano, el fiscal federal Mariano Herrán Slavatti. Pero en los últimos días, las noticias de Ciudad Juárez suenan más a las de una zona en guerra que a las de una cumbre diplomática.

Estados Unidos, de hecho, teme que esta guerra acabe saltando la frontera, informa . "Esto pasa a lo largo de toda la frontera", declaró McCaffrey, para ilustrar los peligros que amenazan a su país: "Funcionarios judiciales estadounidenses muertos, civiles muertos, secuestros, corrupción de alcaldes, comisarios y policías locales, compras a la fuerza de propiedades estadounidenses, intimidación de testigos".

El sábado se encontraron los cadáveres de los cuatro médicos amontonados en una zona de barro cerca de un hospital. No se conocían lazos de ninguno de ellos con el narcotráfico, aunque se especula que se podía tratar de una venganza por el hecho de que los médicos trataban a un supuesto narcotraficante. Autoridades hospitalarias dijeron que se recibió una llamada de auxilio el viernes y que los médicos fueron despachados a la casa de un hombre supuestamente herido. Las autoridades ahora creen que el paciente era uno de los pistoleros que acribilló a un abogado de Ciudad Juárez poco antes, parte de un duelo loco en el que el abogado devolvió los tiros.

El abogado había sido identificado en un periódico local como un supuesto blanqueador de dinero y un socio en el restaurante Max-fim. Fue allí, el pasado 3 de agosto, donde dos agresores bien vestidos entraron y apuntaron a la mesa de Alfonso Corral Oláguez, un conocido confidente de la organización de Carrillo. En el fuego cruzado de disparos que siguió, Corral y uno de sus guardaespaldas murieron. También murió una mujer de alta sociedad de 26 años que tenía una cita para cenar con Corral. Otra pareja joven que celebraba un cumpleaños en una mesa cercana se encontró en la zona de fuego cruzado.

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