El polícia vasco disparó para no convertirse en una "tea ardiente"

"Lo primero que me vino a la cabeza fue la imagen de Jon Ruiz Sagarna [ertzaina que sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo al resultar alcanzado por un cóctel mólotov en noviembre de 19941. Afortunadamente, las heridas en este caso no han sido tan graves".En estos términos se refirió ayer el viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, José Manuel Martiarena, a lo sucedido durante la madrugada del domingo en Ibarra (Guipúzcoa), donde un policía autonómico hirió de un disparo en un muslo a un joven que iba a lanzarle una botella inflamable.

"Le han tirado piedras, derribado al suelo, lanzado cócteles..., y, al final, ha tenido que disparar para que no le quemaran vivo con un cóctel que ha acabado estallando al. lado mismo de su cuerpo", declaró Martiarena a Canal +. El viceconsejero explicó que el agente, que vestía de paisano, recogió varios cócteles y los entregó a sus compañeros. Cuando regresó, fue reconocido por los encapuchados, que le atacaron.

Los cócteles, recordó Martiarena, llevan "un líquido inflamable al que añaden aceite para que se impregne en la. piel, queme durante más tiempo y la víctima se convierta en una tea ardiente". En su opinión, hay jurisprudencia para calificar de asesinato frustrado el delito cometido por los agresores.

Los participantes en estos actos vandálicos, agregó, "son gente muy joven, de entre 17 y 23 años, que han bebido bastante alcohol y están de gau passa [farra nocturna]. Casi todos los incidentes empiezan después de la una de la mañana. Desde luego, no son los más razonables de la juventud. Son los peores de cada clase".