¿Libertad de opinión?

Porque no he encontrado nada referente a las 12.000 gargantas jóvenes que, venidas de todas partes del planeta, enrojecían pidiendo paz en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en Cuba, escribo esta carta. Por no escuchar nada sobre los 500 españoles que pudimos ir ni sobre los miles que se quedaron sin cupo para asistir a la denuncia de las modernas formas de esclavitud, a las sutiles dictaduras occidentales y a los indisimulados genocidios financiados por dinero norteamericano y europeo. ¿Qué hilos mueven a los medios de comunicación que no han querido ni sabido decir que 800 estadounidenses han tenido que salir de su país como prófugos para poder asistir a un encuentro en Cuba? ¿Por qué no decir nada sobre los cientos de asistentes que se han jugado sus vidas para asistir y poder debatir sobre la libertad, sobre la democracia, sobre la autodeterminación, sobre los derechos humanos, el paro, etcétera? ¿Qué tiene de nocivo este ejercicio juvenil de participación en los problemas mundiales?Sólo se me ocurre pensar que tal vez sea porque también en el festival se gritó en contra del bloqueo estadounidense a los países comunistas, que actualmente mata de hambre a 800.000 coreanos, y en contra de las nuevas formas de imperialismo económico que también nos afecta. Tal vez sea por haberse realizado el festival en Cuba; o tal vez porque se prefiere pensar que la historia terminó y que todos estamos satisfechos con lo que tenemos. Como un minúsculo grano de discordia en el mar de la desinformación diré que tras 20 días viviendo en casas de familias humildes cubanas, ahora sabemos de un pueblo orgulloso, soberano y consciente de su lucha, que es más grande por serlo su enemigo y que nos ha hecho volver a sentir y experimentar lo más humano de lo que llevamos dentro.-