Pujol defiende el patriotismo frente a quienes hacen escarnio de él
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, hizo ayer una firme defensa del sentimiento, nacional y patriótico frente a quienes, según él, han lanzado "una campaña de destrucción de las palabras" y de "burla" de estas ideas. Pujol participó en Prada de Conflent (Cataluña francesa) en el homenaje al militante antifranquista Pere Figuera, fallecido en 1970, con el que se clausuró la Universitat Catalana d'Estiu (UCE).Pujol aludía a algunos comentarios burlescos que suscitó en algunos medios de comunicación' su anterior intervención en la conmemoración del 1.100 aniversario de la muerte del conde Guifré El Pelós, el pasado 11 de agosto en Ripoll, durante la cual defendió que ningún país avanza sin un sentimiento de patria.
El presidente catalán lamentó que esas críticas y bromas solamente se produzcan cuando se trata del sentimiento nacionalista catalán, y no cuando se trata de tradiciones políticas y religiosas del resto de España o francesas "que no tienen ninguna base" y algunas de las cuales son "ridículas, o geniales porque además de ser falsas se transmiten a lo largo de los siglos". "Nosotros, en cambio, somos excluyentes, cerrados y pasados de moda", dijo. Pujol advirtió que existe una voluntad de destrucción de determinadas palabras o ideas, como el patriotismo: "Un pueblo es derrotado o eliminado si pierde la batalla de las palabras, que le pueden dar energía", señaló.
Auguró que su discurso será considerado "políticamente incorrecto" por "los diarios de Barcelona" y simuló acudir al diccionario para buscar la definición de la palabra "patriotismo que él mismo brindó como: "Amor celoso por la patria". El corolario de Pujol fue que: "Es normal que cada uno en su casa quiera ser libre de lo suyo". La consecuencia, según él, es que no se puede ser patriota sin ser nacionalista.
"Campaña" antinacionalista
El presidente de la Generalitat lamentó que los símbolos y los mitos españoles y de otros países hayan calado hondamente en . el imaginario colectivo, corriendo peor suerte la inconografía catalana. En este sentido, dio por sentada la existencia de una "demonización" persistente de las ideas nacionalistas catalanas y aludió a una "campaña sistemática" contra éstas de la que, sin embargo, aseguró desconocer la procedencia.
El porvenir de un país como Cataluña, según Pujol, se compone también de sentimientos y emociones, y no solamente de razones. "Un país no avanza sin sentimiento de patria", aseguró. Se llevó entonces la mano al pecho, a la altura del corazón, mientras exclamaba: "Hay que sentir un calor aquí adentro", y llamó a pertrecharse "también ideológicamente" para "no perder el combate y ser derrotados una vez más". Transitando de lo militar a lo teológico, sus últimas palabras fueron: "Dios quiera que haya buenos artistas, empresarios y patriotas en Cataluña".
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