Verano traidor

No quiero meterme en camisas de once varas, porque no me gusta ser cotilla ni entrometida. Pero he de decir que me parece muy mal que las multas de tráfico que le aplican a un vecino mío se las vengan a pasar a su casa precisamente cuando está de vacaciones. Esto no es de un año ni de dos, sino desde siempre. Este señor, que es un bendito en todos los aspectos, lo mismo que su esposa y sus hijos, tiene en su casa a un familiar de avanzada edad, al que no puede trasladar si no es estacionando en el carril bus, ya que la calle en la que vivimos se encuentra así dispuesta.El caso es que siempre que llega el verano y el buen hombre se marcha de vacaciones, comienzan a llegar a su portal, contiguo al mío, gentes del servicio postal para que reciba las multas. Este señor. no está en casa.Pediría que se tuviera en cuenta que emplear el mes de agosto para cobrar multas es una verdadera faena en un país como el nuestro, donde la gente toma las vacaciones en estos meses y su ausencia no puede ser interpretada como morosidad, que es, según creo, lo que se busca con el envío de las multas en tales fechas-