Corea del Sur promete toda la ayuda a Corea del Norte si deja de despilfarrar en propaganda y Ejército

REUTER El presidente de Corea del Sur, Kim Young-sam, ofreció ayer ayuda económica y diplomática a la arruinada Corea del Norte si ésta cambia su posición de guerra hacia ella y distribuye mejor su presupuesto. "Si Corea del Norte elige la senda del cambio, tenemos la voluntad y la capacidad para cooperar con ella tanto como ella quiera", declaró Kim en la celebración del 52º aniversario de la independencia, después de 35 años de mandato colonial japonés.

"Antes que nada, deben liberar a sus ciudadanos del hambre distribuyendo racionalmente los recursos", señaló Kim. El líder surcoreano acusó al Norte de despilfarrar sus recursos, pese a la situación de hambre provocada por las inundaciones, en un desmesurado Ejército, en la deificación del difunto Kim Jong-il y en la propaganda política.

Kim declaró que la liberación de la Península en 1945 fue parcial, dada la división entre las dos Coreas. Pese a los problemas, el líder surcoreano señaló que las relaciones están "progresando claramente", lo que espera que conduzca a una reunificación de la Península.

"Ha llegado la hora de que el Sur y el Norte perciban claramente el verdadero significado de la paz y trabajen para alcanzarlo. La paz, sobre todas las cosas, significa la renuncia a las armas", declaró.

Altos funcionarios de las dos Coreas, de China y de Estados Unidos han fracasado de momento en las negociaciones celebradas en Nueva York encaminadas a entablar conversaciones formales destinadas a establecer un mecanismo permanente de paz en la Península. Se reunirán de nuevo el 15 de septiembre.

El presidente surcoreano aseguró ayer su apoyo a Corea del Norte para que ésta mejore sus relaciones con sus aliados. "Por supuesto, esto debe estar precedido de un cambio en la actitud de Corea del Norte: debe actuar razonablemente como un miembro responsable de la comunidad internacional". Japón y Corea del Norte, por otra parte, anunciaron ayer que se reunirán la próxima semana en Pekín para negociar una normalización de sus relaciones diplomáticas.