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Los grupos integristas armados amplían su radio de acción en Argelia

La violencia terrorista en que está sumida Argelia desde hace cinco años, lejos de disminuir, parece incrementarse estas últimas semanas y cobra todos los visos de un enfrentamiento armado en el que los contendientes emplean todos los medios susceptibles de infundir el terror al adversario. Mientras que el Ejército continúa sus operaciones en varias regiones del país, principalmente en el Triángulo de la Muerte, a 40 kilómetros de la capital, las bandas armadas han extendido sus frentes a zonas muy alejadas de ésta.

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Objetivo: impedir una salida negociada

Un grupo armado no identificado irrumpió en la noche del jueves en el pueblo de Zebuya, cerca de Medea, asesinando apuñaladas a 21 personas, entre ellas dos bebés gemelos de cinco meses de edad y tres mujeres, afirma el diario Liberté.Ni siquiera el viernes, día sagrado para los musulmanes, fue respetado por los presuntos islamistas que pusieron una bomba en pleno centro de Yelfa, a escasos metros de la mezquita, mientras ésta abría sus puertas para el rezo vespertino, con el resultado de 11 muertos y una veintena de heridos, según el mismo rotativo.

Con éstas muertes se eleva a 175 el número de víctimas entre la población civil esta última semana. Algunos de los actos criminales han tenido como escenario regiones que se encuentran a varios cientos de kilómetros de Argel, como Tiaret, donde una familia de seis personas ha resultado aniquilada; Uled Sidi Yahia, en el mismo departamento donde ocho personas fueron asesinadas con arma blanca; Biskra, a las puertas mismas del Sáhara, donde los terroristas levantaron un falso control de carretera; o Tlemcén, casi en la frontera con Marruecos, donde fueron degollados dos pastores.

Las operaciones antiterroristas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad aparecen en cambio mucho más discretas y la censura oficial tan sólo deja traspasar algunos resultados de las mismas, difíciles cuando no imposibles de contrastar por ausencia de fuentes independientes. Las últimas cifras difundidas a través de la prensa indican que en la ofensiva que está llevando el Ejército contra los grupos armados en la Mitiya, concretamente en las localidades de Larbaa y de Bumerdes, a las puertas mismas de la capital, otros 19 presuntos islamistas han sido abatidos, que se suman a los 24 terroristas muertos en el curso de las últimas operaciones.

Las matanzas terroristas por una parte y las acciones de represalia y de limpieza que llevan a cabo las fuerzas de seguridad por la otra, dejan pocos testigos y casi ningún detenido, lo que, en ausencia de fuentes independientes, hacen imposible comprender el alcance verdadero, de lo que está ocurriendo en Argelia. Pese a la opacidad de las informaciones oficiales y la imposibilidad para la prensa de cubrir el país fuera de la zona restringida a la capital, los periódicos argelinos dibujan el contorno de un enfrentamiento que tiende a generalizarse, a crear brotes de violencia y ataques terroristas en muchos, y a la vez muy distantes puntos de la geografía.

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Guerra de comunicados

A ello se suman los comunicados y llamamientos de ambas partes. Mientras que el GIA difundía estos días en su boletín clandestino El Yemaa una declaración de uno de sus emires, Abu el Mundir, explicando que "los enemigos del islam deben ser todos degollados", niños y mujeres incluidos, las autoridades oficiales retransmitían una y otra vez el mensaje del presidente Liamín Zerual llamando a la vigilancia contra los grupos armados, y empapelaban los muros de calles y plazas públicas con carteles pidiendo a los habitantes estar atentos ante el peligro de que sean colocados paquetes y coches bomba.Por su parte, el primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, ha afirmado ante al Parlamento donde presentaba su programa de Gobierno, que "las fuerzas de seguridad están ganando la batalla contra el terrorismo", al que ha vuelto a considerar como "residual". El jefe del Gobierno no respondió, sin embargo, a las reiteradas peticiones de los partidos de la oposición, en particular los firmantes del acuerdo de Roma, de practicar una política informativa diáfana, limitándose a pronunciarse acerca de las continuadas matanzas que ensangrientan el país desde las elecciones legislativas del pasado 5 de junio, y que ha dejado hasta el momento 800 muertos entre la población civil. La diputada Luisa Hanun, del Partido de Trabajadores, increpó al primer ministro ante la asamblea parlamentaria y afirmó que si el terrorismo era residual debía levantarse el estado de emergencia, y si era coyuntural, el Gobierno debia decir cuántas personas hay en el maquis y cuántas armas en circulación. Por su parte, el Frente de Fuerzas Socialistas, pidió al Ejecutivo que explique cómo es posible que las matanzas se repitan una y otra vez en las mismas zonas de Blida y Medea, donde hay una fuerte concentración de fuerzas de seguridad.

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