Inmortalidad fría
Billones, quizá trillones de cadáveres nos preceden. Incluso los resucitados -Lázaro, Cristo, el tipo de Frankenstein, el Golem, el holandés errante- remurieron. Y, sin embargo, no nos acostumbramos a la muerte. Es muy raro. En torno a esa inadaptación se han creado grandes y pequeñas religiones, estafas, dictaduras, pirámides, sectas. Se mata por no morir, cuando se va a morir.Hablo de un reportaje del Plus (digital: el Azul, creo) donde se ve la congelación de muertos que, dentro de un siglo, serán calentados y curados por la nueva ciencia. Es otra estafa, pero defendible: el que muere lo hace sin terror y, después de todo, su dinero ya no le sirve. Quizá tenga otro valor añadido: algún progreso de la ciencia que, probablemente, servirá para matar. Una gran parte del trabajo científico se ha dedicado siempre al invento de formas de matar más deprisa al mayor número de personas, incluso al de torturarlas. El esfuerzo de Estados Unidos cuando fue el país de mayor capacidad técnica y científica del mundo, desde la silla eléctrica a la bomba atómica, ha ido en esa dirección. Hay también ciencias para mejorar la vida y para prolongarla: en este siglo se ha duplicado en este país, especialmente para las mujeres, aunque en otros tienda a disminuir como efecto del hambre y las enfermedades caras. Ahora en Europa se va a permitir que los hallazgos de la nueva genética se puedan registrar y generar derechos. Naturalmente: no iban a servir sin pagar. La humanidad tiene que tener dinero para ser. Como la riqueza, los años de vida están desigualmente repartidos: los que aumentan unos se los quitan a otros. Es curioso algún estudio reciente -uno de las Naciones Unidas- donde se explica que los recursos del planeta pueden mejorar para que todos puedan comer y abrigarse del frío: cuando se sabe que no se trata de que haya más, sino de que cese la acumulación de la que hay. Cuantos más recursos aumentan en la Tierra más acaparadores de ellos habrá; y más desasistidos y desprovistos.
Con la inmortalidad científica que se experimenta pasaría lo mismo, si llegara a triunfar: seria para los faraones, que la pagarían del dinero que quitan a los fellahs (ya me entienden ustedes sin necesidad de traducir, claro. Es lo que se llama capitalismo, neoliberalismo o economía de mercado, según los casos. Y es más lógico que alargue su vida el que vive mejor: al otro no le merece la pena).
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