Convergència advierte que abrirá un periodo de reflexión sobre la continuidad de su apoyo al PP

El secretario de organización de Convergéncia Democrática (CDC), Felip Puig, afirmó ayer que las últimas declaraciones del presidente del Gobierno, José María Aznar, sobre la financiación autonómica demuestran "una clara incomprensión" hacia Cataluña y advirtió que CDC -el partido que preside Jordi Pujol y que es el socio mayoritario de la coalición nacionalista CiU- abrirá un periodo de reflexión sobre su apoyo al PP en el futuro. Aznar reiteró anteayer en Mallorca su negativa a cambiar el sistema de financiación para Cataluña. CiU, en cambio, lleva meses anunciando que cuando expire el actual modelo de financiación, en el 2001, reclamará un modelo similar al vasco.

Puig declaró ayer a Efe que, ante la actitud de Aznar y del PP, los nacionalistas deberán plantearse su relación futura con el Gobierno. "Quizá deberemos reflexionar sobre el apoyo [que CiU brinda a Aznar], que hasta ahora ha sido leal y absolutamente comprometido", dijo Puig, quien calificó de "inoportunas, poco inteligentes y desafortunadas" las palabras de Aznar.El dirigente de CDC precisó, no obstante, que la negativa de Aznar a cambiar el sistema de financiación de Cataluña no llevará a CiU a replantearse su decisión de apoyar los presupuestos del Estado para 1998. Puig afirmó que las declaraciones de Aznar "no ayudan a mantener un clima favorable al mantenimiento del apoyo en el futuro, ni a una colaboración franca y tranquila".

Las declaraciones de Aznar, a juicio de Puig, demuestran "la clara incomprensión y la falta de voluntad de afrontar problemas decisivos para Cataluña".

El nuevo consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, también replicó ayer a la petición de "austeridad" que Aznar había dirigido la víspera a las comunidades autónomas. "Nadie debe recordarnos que hemos de contribuir a la austeridad porque ya la practicamos con entusiasmo", dijo.

Mas declaró ayer a COM Rádio: "Nosotros somos los primeros en estar absolutamente convencidos de que se necesita austeridad en el conjunto de las administraciones públicas; así lo defendemos y lo practicamos con entusiasmo".

El consejero de Economía reiteró la discrepancia del Gobierno catalán con la negativa de Aznar a cambiar el sistema de financiación autonómica en el futuro. "No estamos satisfechos del actual modelo, que es claramente injusto desde el punto de vista de los catalanes", dijo Mas. Y aún apostilló que antes del 2001, CiU reclamará la cesión de los impuestos especiales a la Generalitat.

Mas dejó claro, no obstante, que la colaboración entre CiU y el PP "no peligra" con vistas a los presupuestos de 1998. "Estamos dispuestos a mantener la estabilidad política del Estado y nuestro compromiso es firme", subrayó, "pero debe hacerse un tratamiento justo de la financiación". Reiteró que CiU no cree necesario reformar la Constitución para mejorar la financiación, pero precisó que acabará pidiendo dicha reforma si el Gobierno no hace una lectura más generosa del texto constitucional.

El ex líder del PP catalán, Aleix Vidal-Quadras, aprovechó para cargar contra su bestia negra, Jordi Pujol, a quien reprochó que no tiene "clemencia" con Aznar porque, dijo, "apenas ha empezado a rodar el nuevo sistema de financiación, ya va diciendo que es injusto". "Los mezquinos intereses particulares de Pujol pasan por encima de los del Estado".

La izquierda crítica

El dirigente del PSC Josep María Sala acusó ayer a Pujol y a Aznar de tratar con "mucha frivolidad" el tema de la financiación autonómica. Sala calificó de "salto al vacío irresponsable" la reclamación de CiU de un sistema de financiación similar al concierto del País Vasco. "Pujol sabe mejor que nadie que eso es imposible porque la situación privilegiada del País Vasco sólo se sostiene porque afecta a poco más de un millón de habitantes, pero sería insostenible con seis millones de catalanes o siete millones de andaluces".IU acusó a Aznar y a Pujol de representar teatralmente un enfrentamiento para contentar a sus electores, "mientras que, por detrás, negocian sin luz ni taquígrafos".