Un sucesor abierto y dicharachero

Hasta los más escépticos -los que ven en la salida del general Bedoya la solución a un problema personal y político del presidente Samper- aceptan que el cambio en la cúpula castrense "ayuda" a aclimatar en Colombia las posibilidades de paz.Ayer mismo, al mediodía, tomó posesión como nuevo comandante de las Fuerzas Armadas el general Manuel José Bonnet. Muchos le califican como una persona más adaptable, menos arrogante y más respetuosa del mandato constitucional que obliga a los militares a no ser deliberantes. En algunos sectores a Bonnet se le conoce como el "intelectual". Hace apenas dos meses, y en su condición de comandante del Ejército, en un largo reportaje concedido al diario El Tiempo afirmó: "Hay que jubilar la guerra y darle nacimiento a la paz".

Pero hay quienes insisten en que las diferencias entre los dos generales no existen. "Todos son militaristas", y ubican la distancia entre el comandante de las Fuerzas Armadas saliente y el entrante en el plano de lo formal. Bonnet, por ser costeño, es más abierto y dicharachero. Pero es Bonnet el único de los altos oficiales que ha hablado de buscar "espacios para la convivencia nacional". En varias oportunidades ha repetido que "la corrupción genera más violencia que la guerrilla". Y no ha dudado en afirmar que llegó el momento "de la paz con concesiones".

Pero al igual que su antecesor sólo acepta la guerrilla en términos de "narcoguerrilla" y el tema de los derechos humanos logra sacarlo de sus casillas. "Esta historia de los derechos humanos nos ha hecho mucho daño. Sobre todo por parte de los amigos y los apoyos obstinados de la guerrilla". También se muestra como defensor a ultranza del fuero militar. Las dos guerrillas que operan en el país, colocan a la misma altura al saliente Bedoya y al entrante Bonnte: como violadores de los derechos humanos.