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Una exposición de la Tate Gallery ahonda en las raíces del complejo estilo de Mondrian

Los organizadores desvelan su intrincado lenguaje de contrastes entre líneas y colores

La Tate Gallery de Londres, como parte de los actos que dedica al centenario de su fundación, explora la evolución estilística del pintor Piet Mondrian -nacido en Amersfoort (Holanda) en 1872 y muerto en Nueva York en 1944- en la exposición De la naturaleza a la abstracción, inaugurada ayer. La muestra. presenta sesenta cuadros y dibujos, procedentes en gran parte del Museo Gemeente, de La Haya, y desvela la inquietud del artista holandés por alcanzar el equilibrio del contraste entre líneas y colores en sus composiciones, concebidas en forma de ritmos dinámicos.

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El cierre temporal del museo Gemeente, que renueva sus instalaciones esta temporada, ha brindado una oportunidad única al público londinense. Morada de la más importante colección de Mondrian, en particular de la obra que realizó en su primera época, antes de asentarse en París, el Gemeente ofreció en préstamo el año pasado la selección de cuadros y dibujos que forma el grueso de la muestra de la Tate. Mondrian: de la naturaleza a la abstracción se completa con obras abstractas de años posteriores, procedentes de colecciones públicas y privadas.La pinacoteca británica ha tenido que acondicionar tres salas para acomodar en su calendario oficial la primera exposición de Mondrian que se monta en el Reino Unido desde los años cincuenta. La anterior gran retrospectiva del maestro holandés tan sólo viajó a la Haya, Washington y Nueva York, entre 1995 y 1996. La selección entre los 200 mondrians que pose el Gemeente corrió a cargo de la pintora londinense Bridget Riley, comisaria de la exposición junto a Sean Rainbird, uno de los especialistas en arte moderno de la Tate. "Escuchando al propio Mondrian, he trazado los pasos que él siguió", explicó ayer Riley durante la inauguración de la muestra.

Un gran observador

El recorrido que propone Riley parte de una serie de paisajes realizados a principios de siglo. Representan el periodo tonal del artista, cuando los colores oscuros dominaban su paleta y los motivos informaban sobre una idea de realidad antes que de la propia realidad pintada. "Era un gran observador y, en esta primera fase, su mirada se fijaba en efectos extraños y en imágenes distorsionadas por la luz", señala la pintora.Riley describe al Mondrian de principios de siglo como "un simbolista sin causa", en referencia a la carga religiosa de su obra, producto de una educación estricta, que se aprecia en la obra del joven pintor. La "causa" la encontró en las doctrinas de la Sociedad Teosófica, secta mística que pone énfasis en lo espiritual más que en el mundo material.

El interés de Mondrian por la teosofía coincidió con su descubrimiento del color. Inspirado por Van Gogli, Seurat y los flauvistas, introdujo colores contrastados en unas composiciones tendentes a la abstracción. En Mill in Sunlight, de 1908, combina pinceladas en rojo y amarillo con tonos más pálidos en azul y violeta. En Red Tree, el mismo año, un rayo parece haber atravesado el tronco de un árbol desnudo. "En el contraste", aclara Riley, "Mondrian descubre la arrnonía".

Depurado su sentido del color, como lo demuestran sus cuadros de la época puntillista (luminista), Mondrian se aventuró hacia el cubismo. En sus composiciones, de 1912 y 1913, de árboles, paisajes y mares que se exhiben en la Tate, Mondrian pone de manifiesto que su idea de lo abstracto no parte de la realidad externa, sino de sentimientos interiores.

Riley lo describe como la "reconstrucción de sensaciones" con las que finalmente desarrolla su propio lenguaje: "Mondrian establece un concepto de realidad construido a partir de los elementos de la pintura en sí. Los motivos se reconocen, entonces, como ecos de sus sensaciones".

El recorrido de la Tate culmina en su obra abstracta y sus famosas composiciones lineales. Para Mondrian, lo horizontal y lo vertical representan los polos opuestos de la existencia: lo espiritual y lo material, lo masculino y lo femenino, lo positivo y lo negativo. "Su unión", escribió el pintor, "es la felicidad".

De esta época sobresale el lienzo Composición con Líneas amarillas, del museo Gemeente, y destacan también las composiciones en rojo, azul y blanco cedidas para la ocasión por coleccionistas privados. "Mondrian", sostiene Rainbird, "tenía una visión que informa su obra. Los cuadros de su fase madura reflejan un ideal de sociedad además de un ideal de belleza".

Por otra parte, en la selección que se presenta en Londres, parece inevitable el recorrido de Mondrian desde la naturaleza a la abstracción. Los árboles que pintó en su juventud, por ejemplo, pasan a ser líneas entrecruzadas 10 años más tarde. Poco después, formas cubistas rellenan los huecos de las ramas, para evolucionar hasta la abstracción. Riley reconoce que su objetivo fue presentar una "idea clara" de Mondrian, pero advierte: "No hay que confundirse. Mondrian es un artista muy complejo".

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