La mala influencia de Martin Scorsese

En 1993, el joven aspirante a director Dan Algrant conoce al famoso productor y realizador neoyorquino Martin Scorsese y le habla de un proyecto que tiene para un mediometraje sobre la ruptura de una pareja de jóvenes. A Scorsese le interesa la idea y le propone producírselo, pero con la condición de que lo convierta en un largometraje. Como es lógico, Algrant se deja convencer.El debutante Dan Algrant escribe el nuevo guión con la colaboración de John Warren y el asesoramiento personal del propio Martin Scorsese. Añaden al proyecto inicial una primera parte donde se narra la infancia y la adolescencia del protagonista y un epílogo de la historia enfocado con un cierto toque felliniano, además de introducir un viaje en automóvil y una voz de fondo, con objeto de dar una mayor coherencia al conjunto. Pero lo cierto es que en ningún momento logran integrar los nuevos elementos añadidos en la antigua estructura del filme corto.

De manera que Desnudo en Nueva York es una curiosa película, muy norteamericana, a la que sobra la primera parte y que tiene un pretencioso final. Ambas zonas añadidas muy poco, o tal vez nada, tienen que ver con el resto de la película. Sin embargo, la parte central de la historia, lo que era el proyecto inicial de Dan Algrant, funciona bien, tiene interés y consigue fuerza dramática, en gran medida porque encierra una clara carga autobiográfica.

Posee un gran atractivo la historia de la pareja de jóvenes que se conocen en la Universidad de Boston, su ciudad natal, pero el trabajo les obliga a separarse. Él debe irse a Nueva York para conseguir estrenar su obra de teatro, lo que le lleva a tener una aventura con una primera actriz que le destroza la obra. Mientras, ella trabaja en Boston en una galería, donde exponen sus fotografías, e inicia una relación con el propietario.

Además, la película está bien rodada por Dan Algrant, que maneja con habilidad a los personajes que tiene entre manos y saca mucho provecho de sus jóvenes protagonistas, los entonces muy poco conocidos Eric Stoltz y Mary-Louise Parker. Sin embargo, Scorsese se empeña en que los papeles secundarios los hagan actores tan conocidos como Ralph Macchio, Jill Clauburgh, Tony Curtis, Timothy Dalton, Kathleen Turner y Whoopi Goldberg, lo que en buena medida desequilibra el conjunto. Así como que en algunas escenas aparezcan algunos famosos haciendo de sí mismos, como, por ejemplo, el novelista William Styron y el director Arthur Penn.

Estrenada en España con cuatro años de retraso, Desnudo en Nueva York tiene muy poco que ver con lo que da a entender su publicidad y, sobre todo, es una película que se queda a medio camino entre las intenciones de su director y de su productor. No obstante, lo que queda del proyecto original hace concebir unas esperanzas sobre su realizador, Dan Algrant, que no obstante el paso del tiempo no han confirmado al menos todavía.