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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Estrategia siniestra

ETA HA vuelto a recurrir a una de sus mañas más siniestras y que mejor, define su concepto de la acción política. Después de cometer un execrable asesinato en la persona de Miguel Angel Blanco (a plazo, de rodillas, maniatado y con dos tiros en, la nuca), acaba de publicar una especie de comunicado, dirigido "a la opinión pública española ya su Gobierno", en el que asume tal crimen, lo justifica como "una campaña de presión" al Gobierno para que negocie el acercamiento de los presos a Euskadi y, guinda necesaria a tan indigesto pastel, ofrece la paz. Esta vulgarización del mecanismo del terror es lo que la banda terrorista entiende como política y lo que desde hace medio siglo se conoce como nazismo.Por más que se recurra retóricamente a los presos vascos -aprovechando además el suicidio de Juan Carlos Hernando-, el comunicado de ETA rezuma preocupación por la unánime respuesta de la opinión, pública española y vasca, que ha dado un sólido impulso democrático a los procedimientos políticos contra el terrorismo.

El comunicado de la banda resucita los tópicos de la conjura y el régimen opresor, que ya eran viejos cuando se inventaron: "El bien domesticado complejo mediático-policial ha elegido el 'basta ya' como consigna para que la sociedad española haga una impresionante demostración de 'hartazgo'. España se ha visto convertida en una gran plaza de Oriente". ¡Qué ceguera! Una vez descodificado el mensaje, aparece una evidencia más: una amenaza explícita al "complejo mediático"; es decir, a los periodistas, a quienes se considera burdos repicantes de las maniobras del Gobierno.

La banda hace un cínico llamamiento "al sentido común y a la valentía política" para que el Gobierno y la sociedad -doblen la rodilla ante el chantaje de sus crímenes. La respuesta a esta apelación ya la han dado los ciudadanos y los partidos demócratas: aplicación estricta de la ley y aislamiento político del terrorismo y de quienes lo defienden. La degradada retórica de ETA sustituye a conveniencia las llamadas al diálogo por las armas. O se dialoga o se mata. Y ETA ha convertido hace mucho tiempo la muerte en su único argumento.

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