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Los unionistas, decididos a rechazar el plan de Londres y Dublín para el desarme del IRA

El plan de paz para el Ulster consensuado por el primer ministro laborista, Tony Blair, con el Gobierno de Dublín y los partidos pro irlandeses se enfrenta hoy a su primer gran fracaso. El rechazo de los grupos pro británicos al documento que propone abordar el desarme del IRA "en paralelo" a las negociaciones políticas, se materializará, con toda probabilidad, en un voto en contra. Hasta el último minuto, Blair se esforzó por ofrecer garantías verbales a los unionistas de que el término "en paralelo" no significa una fuga verbal para permitir al Sinn Fein sentarse a la mesa negociadora sin que el IRA haya entregado ni una bala. Los unionistas quieren las garantías por escrito.

Tanto Blair como la ministra para Irlanda del Norte, Mo Mowlam, reconocieron ayer tácitamente las pocas posibilidades que tiene la propuesta del Gobierno de salir triunfadora en la votación de hoy. Aun así, Mowlam insistió en que dicha consulta no es el fin del proceso. "Todavía quedan muchas otras opciones a considerar durante el verano si los unionistas rechazan la propuesta de los dos Gobiernos sobre el desarme de los grupos terroristas", dijo la ministra. Un portavoz de Downing Street hizo hincapié en que lo importante, pase lo que pase hoy, "es que David Trimble [líder del principal partido protestante] no va a abandonar las conversaciones".Los últimos contactos mantenidos ayer por Blair con los dos principales líderes unionistas, lan Paisley y David Trimble -con este último habló brevemente por teléfono tras el encuentro del lunes en Londres- se saldaron sin acuerdo. El primer ministro no esperaba especial comprensión del presidente del radical Partido Unionista Democrático (PUD), lan Paisley, al que recibió ayer en Downing Street. Paisley, una de las figuras políticas que mas pasiones desata en el Ulster, se pronunció en términos apocalípticos sobre el proyecto de desarme y el proceso de paz, al que definió como "acabado". Son calificativos que el líder metodista ha utilizado prácticamente a diario desde que se iniciaron los primeros contactos entre Londres y Dublín para intentar resolver el contencioso de Irlanda del Norte.

Los miembros de la delegación negociadora del PUD se presentarán hoy en el castillo de Stormont en Belfast, donde se celebran las Conversaciones, con un documento de desarme alternativo que consta de 17 puntos y en el que se detallan todos los pasos a los que debería ajustarse el decomiso de las armas de los paramilitares a partir del 15 de septiembre, cuando está, previsto que comiencen las negociaciones sustanciales sobre el futuro de Irlanda del Norte.

Mucho más importante que la actitud de Paisley es la que adopte finalmente el Partido Unionista del Ulster (PUU), no sólo el mayor partido protestante, sino también la principal fuerza política en la provincia en términos absolutos. Su líder, David Trimble, se enfrenta a una decisión trascendental para el futuro del unionismo. Presionado por Paisley que representa a los sectores más duros -y por un amplio sector de la comunidad protestante- no tendrá más remedio que votar no al documento sobre desarme. Pero, al mismo tiempo, Trimble, como él mismo ha reconocido, se arriesgaría a ser condenado por la historia si abandonara la mesa negociadora cuando más clara parece la posibilidad de llegar a algún acuerdo de futuro entre las dos comunidades que comparten el Ulster.

Posiciones antagónicas

Por tanto, el líder unionista intentará combinar dos posiciones antagónicas: rechazar con su voto el documento de desarme de los grupos terroristas y seguir sentado en la mesa negociadora, lo cual es tanto como aceptar de hecho ese texto. Afortunadamente para él, Trimble dispone todavía de mes y medio para estudiar una nueva estrategia con vistas al inicio de las negociaciones sustanciales el 15 de septiembre. Su propósito es discutir la situación con la comunidad unionista.En un intento de tranquilizar a los protestantes sobre las intenciones reales del movimiento republicano, el número dos del Sinn Fein -el brazo político de los Provisionales-, Martin McGuinness, declaró el lunes por la noche en una concentración en Derry que su partido no tiene inconveniente en abordar el asunto del desarme de los paramilitares, "aunque no es una cuestión prioritaria". Una postura que parecen compartir Londres y Dublín y el principal partido católico de Irlanda del Norte, el socialdemócrata y laborista. En el lado protestante, sólo los grupúsculos que representan a los paramilitares leales a la Corona británica están de acuerdo en que lo único importante es el diálogo.

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