La llegada del laborista Blair al Gobierno dio nueva vida a un agónico proceso de paz
El comunicado del Sinn Fein pidiendo al IRA que restaure el alto el fuego de agosto de 1994 llega en un momento extraño para Irlanda del Norte. Cuando más enmarañado y confuso parecía el proceso de paz, recientes todavía los disturbios provocados por la temporada de las marchas de la Orden de Orange y recién enterrada la última víctima de la violencia sectaria, una joven católica de 18 años, el partido republicano se ha decidido por fin a dar el paso que les Gobiernos de Londres, Dublín y Washington le llevaban pidiendo insistentemente durante los últimos dos meses.
Pese a la sorpresa del anuncio de ayer, el nuevo alto el fuego del IRA que seguirá con toda probabilidad a la petición de Gerry Adams, es la culminación de largos e intensos contactos entre Londres, Dublín y el Sinn Fein.La llegada del Gobierno laborista de Tony Blair al número 10 de Downing Street ha inyectado nueva vida a un proceso que se encontraba en fase agónica desde que el IRA optara por romper su tregua de 17 meses con una bomba que hizo saltar por los aires la estación de South Quay en los Docklands de Londres cobrándose dos vidas.
Sin embargo, los laboristas no han cambiado las premisas programáticas. El marco del proceso para lograr la pacificación de Irlanda del Norte sigue siendo el mismo que fijaron los ex primeros ministros del Reino Unido y de Irlanda, John Major y Albert Reynolds, respectivamente, en sucesivos documentos desde 1993.
Cualquier acuerdo alcanzado por los partidos políticos norirlandeses y el Gobierno de Londres -Dublín figura a título casi de observador- tendrá que ser sometido a referéndum en la provincia y refrendado por el Parlamento británico. El propio Blair dejó muy claro durante su visita a Belfast que la unificación de Irlanda no la verán siquiera los niños en edad preescolar de la provincia. Lo que ha cambiado es la determinación del Gobierno de Londres.
La tesis del Sinn Fein es que el alto el fuego de 1994 que tantas esperanzas despertó se rompió ante la inoperancia de un proceso que en 17 meses no se había concretado en negociaciones substanciales. Major reclamaba el desarme del IRA como condición previa a la aceptación del partido republicano en la mesa negociadora.
Los partidos unionistas así lo habían exigido y el Gobierno conservador con una mayoría menguante, necesitaba los votos del Ulster en la Cámara de los Comunes.
El cambio de Gobierno en Londres y la aplastante mayoría de 179 diputados de que goza el partido laborista han dejado libres las manos del primer ministro, Tony Blair, para ofrecer al Sinn Fein un mejor trato a despecho de las críticas unionistas. Dos decisiones fundamentales de la Administración laborista han posibilitado la actual situación en la que un alto el fuego del IRA parece inminente.
Por un lado, la oferta de Blair de restaurar el díalogo con el partido republicano hecha en Belfast apenas dos semanas después de tomar posesión como primer ministro. Estos contactos han servido, pese a los desmentidos británicos, para perfilar los términos en los que debería producirse el alto el fuego de los Provisionales y le han demostrado al Sinn Fein que el Gobierno británico cuenta con ellos.
La segunda decisión esencial de Tony Blair, anunciada el mes pasado en la Cámara de los Comunes -pese a que el IRA había asesinado días antes a dos policías locales en el Ulster-, fue la de fijar un calendario concreto para el desarrollo de las negociaciones -entre septiembre de 1997 y mayo de 1998- y aceptar la propuesta de desarme formulada en 1996 por el ex senador estadounidense George Mitchell. Una propuesta que elimina el obstáculo del decomiso de las armas al remitir el tema a una comisión independiente que abordará el desarme "en paralelo" a las sesiones de negociación política.
Nuevo calendario
El primer ministro anunció el nuevo calendario advirtiendo al Sinn Fein que "el tren de la paz" partiría también sin ellos, lo que la prensa británica juzgó como un ultimátum a los Provisionales. Lo cierto es que Blair había colocado todas las piezas rotas durante la etapa de la Administración conservadora, en su sitio. Eso sí, el primer ministro exigió al IRA un alto el fuego creíble y fijó un plazo de cumplimiento de seis semanas antes de admitir al Sinn Fein en la. mesa negociadora.Todo apunta a que Gerry Adams y Martin McGuinness llegarán esta vez a tiempo para las sesiones de la mesa negociadora del 15 de septiembre. Lo que no está seguro es que los partidos unionistas ocupen su sitio en ella.
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