Un trío de hecho

Veamos un hermoso trío de amantes: dos hermanitas, un científico. Las hermanas son del Puerto (de Santa María, pienso)-, el sabio es alemán. Nace una hija, y muere; el sabio cae por unas escaleras, y se mata. Las dos hermanas mantienen su amor: una por otra. Hasta que la muerte no las se para, sino que las une.Probablemente el hecho de. que estas dos hermanas sean siamesas, unidas por la pelvis, es puramente anecdótico, como que canten flamenco con gracia.

Se puede imaginar que en el libro original de Kinder las dos chicas de Bohemia ofrecerán algún morbo más: el de ser una y dos al mismo tiempo, la reverberación de su amor mutuo que es casi amor de un solo ser por sí mismo; o que el trío sexual ofrecerá peripecias singulares.

Pero éste es trabajo de la imaginación: lo real, lo representado, es lo dicho en un principio: un trío y luego un- dúo femenino. Es bastante: es sentimental y tranquilo, es breve, no hay nada excesivo ni disonante. Una compañía muy decente. Y tierna en la canción de cuna, por ejemplo; y alegre en el tanguillo final.

Los tres personajes esenciales están bien interpretados, las actrices son bonitas, cantan bien y resultan en escena bastante más alegres que lo que la peripecia de las vidas de sus personajes haría pensar. Vale todo, es grato, pasa pronto, el público toma tranquilamente su cerveza en las mesitas y aplaude con gusto: se le obsequia con el tanguillo.