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Los radicales serbobosnios ponen a prueba a la OTAN con una serie de atentados sin víctimas

Los radicales serbios de Bosnia están probando los nervios y la resolución de la OTAN. En el cuarto incidente en una semana, varios explosivos de pequeña potencia estallaron ayer en la base británica en Banja Luka, en territorio serbobosnio, sin causar víctimas. Los soldados detuvieron a cuatro sospechosos y los entregaron a la policía local. Este ataque es el último contra organizaciones internacionales desde que la semana pasada una unidad británica diera muerte en Prijedor a un presunto criminal de guerra serbio y enviara a otro a La Haya para ser juzgado.

El cuartel general de la OTAN, que tiene desplegados en el país 30.000 soldados, advirtió el miércoles desde Bruselas que respondería contundentemente a cualquier ataque contra sus fuerzas. En un incidente separado, el cuartel general de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en la disputada ciudad de Breko, en el corredor que une las dos zonas del territorio serbobosnio, fue evacuado ayer tras una amenaza de bomba que resultó ser falsa. La OSCE, debe fiscalizar las elecciones locales de mediados de septiembre en Bosnia.Los ultranacionalistas serbios intentan probar con esta campaña de represalias en pequeña escala el grado de determinación de las fuerzas aliadas y su cohesión en el espinoso tema de la captura de los acusados de crímenes de guerra por el Tribunal de La Haya, a su frente el ex presidente Radovan Karadzic y el general Ratko MIadic. La única operación con este propósito, de nombre de código Tango, fue la efectuada la semana pasada en Prijedor y ha sido criticada internacionalmente por lo restringido de sus objetivos.

Muchos vecinos de Banja Luk, la mayor ciudad serbobosnia, al noroeste del país, condenaron ayer los ataques contra las tropas extranjeras, en los que no se ha producido ningún herido, pero el ambiente era de calma generalizada. Cuatro años de guerra y una situación de absoluta miseria han anestesiado a una población ajena a las andanzas de los más extremistas al servicio de Karadzic y su vicario en la presidencia colectiva bosnia, Momcilo Krajisnik. "La lluvia que cae es para mí un problema mayor que las explosiones", comentaba un vecino del acuartelamiento británico.

Krajisnik pidió el miércoles a los serbobosnios que se abstengan de provocar a las fuerzas internacionales. Pero la televisión de Pale, que él controla y es la principal arma de propaganda de los halcones serbios, instiga cada día desde el pueblo cercano a Sarajevo que sirve de capital a la Republica Serbobosnia a la venganza contra los representantes de la comunidad internacional y glorifica como héroes a los presuntos criminales de guerra.

A raíz de la muerte el 10 de julio en Prijedor de Simo DrIjaca, el ex jefe de policía que se enfrentó a las fuerzas de la Alianza que iban a capturarle, y de la detención y envío a La Haya de Milan Kovacevic, otro presunto genocida serbobosnio y hasta entonces administrador del hospital local, se han sucedido los ataques simbólicos contra funcionarios internacionales en territorio de la Republika Srpska (República Serbobosnia), una de las dos mitades de Bosnia definidas en los acuerdos de paz de Dayton de finales de 1995.

Una granada de mano estalló el martes, en Prijedor, frente a la casa de dos miembros españoles de la policía internacional, sin causar víctimas. También esta semana se registró una explosión frente a la vivienda de un funcionario de la OSCE en Banja Luka y fue destruído un vehículo de esta organización en la ciudad oriental de Zvornik, en la frontera con Serbia. Un portavoz de las fuerzas de estabilización de la, OTAN, sin embargo, dijo ayer que no existen indicios de una campana organizada.

Hoy llega a Sarajevo, en su primera visita a la capital bosnia, el general estadounidense Wesley Clark, nuevo jefe de las tropas de tierra de la OTAN en Europa. Clark se reunirá con los tres copresidentes bosnios.

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