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Annan propone una reforma de la ONU que acabe con el gasto inútil y mejore su capacidad de acción

La muy anunciada reforma de la Organización de las Naciones Unidas ya tiene cifras y propuestas concretas. El secretario general, el ghanés Kokfi Annan, el primer representante del África negra que alcanza ese elevado puesto, presentó ayer en Nueva York un informe de 90 páginas en el que se compromete a dar la vuelta a la ONU. El objetivo esencial es acabar con la rigidez burocrática, evitar la duplicidad de sus trabajos, reducir costes y adaptarse a los nuevos tiempos, que, tras la caída del muro de Berlín, exigen misiones múltiples y simultáneas de paz

El peligro de una reducción de plantilla ya es una realidad. Como anunciara en enero, tras ocupar el puesto con el apoyo decidido de EE UU que vetó la reelección de Butros-Butros Gali, Annan desea disminuir el tamaño de la actual plantilla de la ONU en mil puestos de trabajo, sostener el presupuesto entorno a los 1.300 millones al año, disminuir el peso de la partida administrativa al 25% del total del presupuesto general (ahora ocupa el 38%) y recortar, este mismo año, en un 40% todos los gastos burocráticos.Pero Annan no tendrá libertad para despedir al personal sobrante. Tendrá que esperar. El recorte se realizará mediante jubilaciones no cubiertas con nuevas contrataciones. Se calcula que en los próximos 10 años pasarán a retiro la mitad de los actuales 9.000 empleados de la ONU, una plantilla relativamente joven con una media de edad de 49 años. Este aspecto del plan queda bastante lejos de las propuestas más radicales procedentes de Estados Unidos, que sugerían un recorte drástico del 50% y con efectos inmediatos.

Esta "revolución silenciosa", como se la ha llamado, era una de las exigencias previas del Congreso de Estados Unidos. El Senado norteamericano se dispone en los próximos días a liberar 819 millones de dólares (la mitad de lo que debe a la ONU). Parte de las reformas alentadas por los republicanos estadounidenses no tienen el mismo predicamento en otros países que ven con temor un recorte de algunas partidas presupuestarias.

Para paliar este efecto funesto, el secretario general propone crear un fondo llamado Cuenta para el desarrollo (financiado con los 200 millones de dólares de ahorro anual previsto en el año 2002) dedicado, precisamente, a la asistencia de las naciones más desfavorecidas. Este es un intento claro de implicar a las naciones del Tercer Mundo, mayoritarias en la ONU, en esta reforma, "la más importante en los 52 años de existencia de la ONU", en palabras del secretario general.

Annan recomienda la creación de un puesto de vicesecretario general de la ONU, que sería ocupado preferiblemente por una mujer, y un pequeño gabinete de apoyo de nueve miembros, dos tercios menos que el actual, encargado de gobernar Naciones Unidas. Annan quiere suprimir y fusionar departamentos, reduciéndolos a cuatro grandes áreas: paz y seguridad; economía y asuntos sociales; desarrollo y un cuarto de menor peso dedicado a administración y servicios de apoyo.

Plan menos ambicioso

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El plan presentado por el secretario general es algo menos ambicioso que alguno de los borradores previos. Annan ha tenido que ceder a las presiones del Tercer Mundo y a las poderosas agencias semiautónomas, que se negaban a perder peso en el seno de la ONU o a ceder alguno de sus privilegios. Muchas de ellas, como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) o el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entre otras, disponen de su propia dirección, de capacidad para recabar fondos y personal.El secretario general de la ONU sostiene que este esquema provoca duplicidad de misiones, de personal y, por lo tanto , de gasto, mermando de este modo la agilidad y efectividad de todo el sistema de ayuda humanitaria. Por ello, Annan ha optado por un paso intermedio y proponer una especie de unión de agencias, que llama Grupo de Naciones Unidas para el Desarrollo, en el que participaran esas agencias y coordinen sus acciones de socorro 0 de desarrollo.

Otro punto destacado son los derechos humanos. Annan quiere que su defensa tenga un puesto relevante en su Gabinete. También propone situar el Centro para los Derechos Humanos, con sede en Ginebra bajo la supervisión del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que estará bajo el mando de la presidenta irlandesa, Mary Robinson.

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