Los Quince dedicarán ingentes recursos financieros a los futuros socios

Los 10 candidatos del Este son países muy pobres. Exhiben una media de 5.530 ecus anuales de producto interior bruto (PIB) per cápita, menos de un tercio del promedio comunitario, 17.260 ecus anuales. Es decir, una renta personal media igual al 32% de la media de los Quince. España, que es el antepenúltimo país de los Quince por su riqueza, goza de un PIB per cápita equivalente al 77% del promedio de la Unión.El voluminoso estudio realizado por la Comisión sobre la economía de los 10 aspirantes ocupa 1.200 páginas. Y concluye que los candidatos, pese a los esfuerzos realizados, muestran algunos puntos muy flojos: una "inversión" de la tendencia a la liberalización comercial; un "insatisfactorio" funcionamiento de los mercados de capitales y de las normas de competencia; un "mediocre" nivel de infrastructuras; muy bajos salarios, y una desigual privatización. A todas estas dificultades se le suma la necesidad de afrontar el mercado interior de la Unión, ya consolidado, y que no existía cuando España se integró.

Para superar tantas diferencias, las perspectivas financieras plurianuales (paquete Santer, presupuestario, para el período 2000-2006), dedican un amplio capítulo de 45.000 millones de ecus (unos 7,2 billones de pesetas) a garantizar la modernización de las economías de los futuros socios. Esa cantidad supone la sexta parte de los fondos estructurales previstos para garantizar la política de solidaridad de la Unión durante ese periodo.

Los aspirantes tendrán acceso, a un máximo de mil millones de ecus anuales en concepto de ayudas "preadhesión". A medida que los preadherentes pasen a adherentes -en tomo a mitad del periodo, en el mejor de los casos- dejarán de beneficiarse de esa bolsa y optarán a los fondos internos de la propia Unión. Como el Fondo de Cohesión, que se mantiene gracias a las presiones españolas, pero se revisará en el año 2003. Entonces serán más, y más hambrientas, las bocas que acudan a él.