Pérez Esquivel, partidos y asociaciones mediaron con ETA para evitar el asesinato
Diversas personas, colectivos pacifistas, sectores eclesiásticos e incluso de algún partido vasco realizaron gestiones contra reloj para intentar impedir que ETA asesinara al concejal Miguel Ángel Blanco. Una de estas iniciativas, desligadas por completo del Gobierno, fue realizada por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien contactó con el dirigente etarra Eugenio Etxebeste, Antxon, en Santo Domingo, donde está deportado desde hace años. Todo resultó inútil, pese a que el premio Nobel llegó a albergar cierto optimismo.
Algunos dirigentes pacifistas vascos contactaron con la ex viceministra del Interior Margarita Robles y le pidieron que enlazara con Pérez Esquivel, que en 1995 había sido aceptado por ETA como mediador durante su mandato en el ministerio. Robles habló con él y éste se comprometió el viernes pasado a realizar todo lo que estuviera en su mano.Robles declaró a Europa Press que su gestión fue personal y se trató, de "una llamada particular a una persona que podía hacer algo". Robles le pidió que "hiciera llegar a la banda terrorista que no había razón alguna para matar a nadie". Pérez Esquivel se mostró absolutamente de acuerdo".
Margarita Robles comunicó su gestión al Ministerio del Interior y recibió una llamada de Pérez Esquivel, sobre las tres de la tarde del sábado, en la que aseguraba que era "optimista". La ex secretaria de Estado desconoce que pasó para que menos de dos horas después se encontrase en Lasarte el cuerpo de Miguel Ángel Blanco, con dos tiros en la cabeza.
Aunque no se sabe qué pasos dio Pérez Esquivel, es muy probable que hablara con Antxon, dado que sigue siendo el representante oficial de ETA en el llamado aparato de interlocución. Ambos ya habían mantenido a finales de 1995 y principios de 1996 varios contactos encaminados a abrir un proceso de diálogo para la pacificación, que quedaron suspendidos con la llegada del PP al Gobierno en mayo de1996.
Mientras tanto, el movimiento social Elkarri realizó también esfuerzos encaminados a evitar el asesinato de Blanco, como convencer a personas de HB de que hicieran valer su influencia ante ETA. Sin embargo, parece que Elkarri no pudo localizar a ningún miembro destacado de la coalición abertzale.
Otras personas convencieron al presidente José María Aznar para que recibiera en Bilbao, el pasado sábado, a, miembros de Gesto por la Paz, quienes le transmitieron su opinión de que el Gobierno debería hacer algún "gesto" que permitiera abrir vías de esperanza.
Quizás en esta misma línea iban las palabras de María del Mar Blanco, hermana del concejal asesinado, la cual leyó al término de la manifestación del sábado en Bilbao un mensaje en el que indicaba: "Como familia que sufre, pedimos al Gobierno y a las personas que retienen a mi hermano que todo en esta vida se puede solucionar con buena voluntad, con acercamiento de posturas y con flexibilidad de razonamientos".
En este desesperado intento contra el reloj de ETA, entraron en juego sectores de la Iglesia e incluso de los partidos vascos, que en todo momento tenían la convicción de que un gesto de Aznar o una promesa de reestudiar el asunto de los presos etarras podría impedir un desenlace trágico. Por diversos métodos, también se hicieron llegar mensajes a algunos presos de ETA en cárceles de España y Francia. El Gobierno, según personas conocedoras de tales iniciativas, estuvo al margen.
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