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La UE dice que la reducción del carbono requerirá más nucleares

Javier Sampedro

En su esfuerzo por mostrar un mayor compromiso medioambiental que Estados Unidos, la Unión Europea se ha propuesto reducir sus emisiones de CO2 en un 15% para el año 2010, y así lo ex pondrá oficialmente en la Cumbre de la Tierra que se celebrará en Kioto (Japón) en diciembre de este año. Parte de la reducción se basará en el creciente uso de energías renovables y la sustitución del carbón y el petróleo por el gas natural. Pero el objetivo es tan ambicioso que, según los expertos del Ministerio de Industria, no podrá cumplirse sin aumentar la cuota de generación eléctrica de origen nuclear. En el futuro previsible, ello significaría construir nuevas centrales de fisión en Europa.La mayoría de las centrales nucleares europeas entraron en funcionamiento en los setenta y primeros ochenta como reacción a las crisis del petróleo. Su vida es de 40 años y tocará a su fin, por lo tanto, entre el 2010 y el 2020: precisamente cuando las emisiones de CO2 deberían haberse recortado, de acuerdo con los planes de la UE.

Cuatro patas

Según Félix Ynduráin, director general del Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Ministerio de Industria), la reducción del CO2 debe caminar sobre cuatro patas: más eficacia en el consumo, más uso del gas natural (cuya combustión emite menos de la mitad de CO2 que el carbón o el petróleo), energías renovables y centrales nucleares (que no emiten). Sin la cuarta pata los números no salen.Ynduráin dirige esta semana un seminario sobre tecnologías energéticas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Según sus estimaciones, la energía nuclear evita cada año la generación de 700 millones de toneladas de CO2 en Europa, casi el doble de las emisiones totales de las empresas eléctricas.

De la reducción a la que se compromete la UE y que ya expuso en la reciente II Cumbre de la Tierra celebrada en Nueva York, unos 150 millones de toneladas de CO2 correspondería a las eléctricas (el resto es sobre todo responsabilidad del transporte por carretera). Esa cantidad equivaldría a borrar del mapa tres veces todas las centrales de carbón de España.

Sustituir esa generación (30.000 megawatios) por energías renovables es imposible. De esta forma, la preocupación por el efecto invernadero y el calentamiento global derivados de las emisiones de CO2 a la atmósfera ha dado unas insólitas alas ecológicas a los partidarios de la energía nuclear.

Los planes de la UE no deberían afectar demasiado a España, según Gabriel Maganto, responsable medioambiental del Ciemat. Aunque quinta en términos absolutos, España ocupa el penúltimo lugar de Europa, sólo por detrás de Portugal, en emisión de CO2 por habitante. Europa, con sus 140 reactores, obtiene actualmente de la fisión atómica un tercio de su energía eléctrica.

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