Dos cartas y una réplica
Al señor Bujidos Garay, concejal de Hacienda y Economía del Ayuntamiento de Madrid, no le ha gustado nada la carta que les envié a ustedes y que tuvieron la amabilidad de publicar el día 14 de junio.En mi escrito, relatando las peripecias de una multa: de tráfico injusta que pretendía cobrarme la institución de la que forma parte el señor Bujidos, calificaba yo de cerril la actitud del Ayuntamiento y también decía que era desconsiderada hacia el Defensor del Pueblo, organismo al que recurrí pidiendo ayuda.
Incluyo copias de las cartas que, a lo largo de dos años, me ha remitido la Oficina del Defensor del Pueblo y podrán ver que varias veces sus miembros exponen la desafortunada ausencia de respuesta municipal ante sus requerimientos.
De cualquier forma, el lamento del señor Bujidos Garay, publicado también en esa misma sección el 24 de junio, hace referencia a cosas relativamente menores.
Lo importante es que ese edil no considera siquiera lo básico: en un sistema democrático nadie ha de demostrar su inocencia y sólo al acusador corresponde demostrar la culpabilidad asumida. Demostrar mi inocencia me costó tiempo y las 900 pesetas que hube de pagar por obtener un informe ad hoc de la Dirección General de Tráfico en el que se mostrase que yo no era el propietario del coche al que se atribuía la infracción. Por supuesto, el tiempo está ya perdido en mi cómputo vital, pero las 900 pesetas y sus intereses de dos años los sigo esperando.
Señor Bujidos Garay: ¿va a pagarme la deuda? (Esta carta, como contrarréplica, les prometo que es la última sobre este tema).-
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