Un piso para prostitutas adictas
La prostitución callejera está muy relacionada con el consumo de drogas. Un buen número de heroinómanas hacen la calle para pagar sus papelinas, pero son pocas las que acuden a la red municipal de atención a drogodependientes. Por eso el Ayuntamiento ha decidido poner en marcha un programa especial para llegar a estas mujeres que frecuentan lugares como la Casa de Campo, las zonas de Montera y Ballesta o la vieja fábrica de Boetticher y Navarro (Villaverde).El proyecto tiene un elemento clave: la apertura de un piso de acogida donde estas toxicómanas, que a menudo viven en pensiones o carecen de techo, puedan permanecer mientras acuden a desintoxicarse. Ahora sólo existe un piso para este fin regentado por la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAM).
El nuevo recinto lo atenderán las monjas del Buen Pastor, y está previsto que funcione antes de fin de año.
Además, en cada CAD se preparará a un profesional para servir de enlace entre las asociaciones que contactan con las mujeres y la red de atención. El proyecto cuesta 14 millones de pesetas y se ha pedido una subvención al Plan Nacional sobre Drogas con cargo al Fondo de Bienes Decomisados por narcotráfico.
Por otra parte, una veintena de asociaciones de apoyo a toxicómanos, como La Calle o Aspafades, reclaman un incremento de plazas en comunidades terapéuticas, pisos de acogida y unidades hospitalarias de desintoxicación. También solicitan talleres ocupacionales para usuarios de metadona y que se valore la utilización de los centros integrales de salud (CIS) municipales para dispensar este opiáceo. Piden, asismismo, la apertura de un CAD en Pan Bendito (Carabanchel) acordada en pleno.
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