Portugal quiere compartir el mando sobre el norte de África

El ministro de la Presidencia y de Defensa, Antonio Vitorino, sostiene que España y Portugal no mantienen una disputa bilateral en la nueva estructura militar de la Alianza Atlántica: "Nosotros estamos buscando soluciones que acomoden la entrada de España y Francia en la nueva estructura. En este sentido, la entrada de España no es una cuestión bilateral entre Lisboa y Madrid, sino una cuestión de relación y funcionalidad entre los dos mandos: el atlántico, al que tradicionalmente pertenece Portugal, y el europeo, donde se integrará España"."Nosotros", explica el responsable de Defensa, "somos un país con vocación atlántica, pero estamos en la Unión Europea, en la UEO, e intentamos participar en la construcción de la nueva arquitectura europea de defensa. En este sentido, nosotros queremos tener una participación más activa en el mando europeo, de la misma manera que España y Francia son también países atlánticos, con intereses no sólo en Canarias, sino en la aproximación al estrecho de Gibraltar, en el mar Cantábrico o en el golfo de Vizcaya".

En este sentido, Antonio Vitorino explica que Portugal quiere impulsar sus relaciones en el Mediterráneo y concretamente en el norte de África: "El papel de España está siendo reforzado en el Mediterráneo, y nosotros estamos impulsando nuestras relaciones con Marruecos y Argelia. Creo que España y Portugal pueden compartir responsabilidades en el Mediterráneo, y puede ser muy positivo que exista un protagonismo activo de los dos países en esas áreas para garantizar su estabilidad".

Potenciar la cooperación

Asimismo, el número dos del Gobierno portugués apuesta por que Ia larga tradición de cooperación entre España y Portugal, incluso cuando Madrid estaba fuera de la OTAN, no sólo se mantenga, sino que se potencie ahora y en el futuro", con el nuevo diseño de la estructura militar de la Alianza Atlántica.Por otro lado, Vitorino sostiene que España y Portugal defiendan conjuntamente en las instituciones de la Unión Europea sus intereses comunes.

"Existen", dice Vitorino, cuestiones económicas, como la futura reforma de la política agrícola o las perspectivas financieras para después de 1999, que deberían ser defendidas conjuntamente, con una posición negociada bilateral e incluso con el apoyo de otros países".