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El escritor cubano Antón Arrufat publica en España su primer libro

Poeta, narrador, dramaturgo, amigo de Virgilio Piñera, del que es su albacea, y de Lezama Lima, aunque pertenezca a la generación de los cincuenta, la generación anti-Orígenes (la más influyente revista cubana) y anti-Lezama, Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935) regresó de Estados Unidos, en donde vivía al comienzo de la revolución. En todos estos años en su país ha hecho toda su obra, una veintena larga de libros, ninguno de ellos publicado hasta ahora aquí ("España no me ha tratado del todo bien", comenta con una elegante sonrisa). De las pequeñas cosas, que acaba de aparecer en PreTextos y que este mes se presenta en Madrid, Valencia y Barcelona, y que es un conjunto de prosas, a caballo entre la ficción y la reflexión, le ha traído a España.Como Borges decía de sí mismo, Arrufat ha practicado todo! los géneros, "aunque, a veces, me intentan botar de todos ellos; siempre he querido ser poeta, aunque hay poetas que se esfuerzan en insistir en que no lo- he conseguido; cuando publico teatro, la gente me dice que qué buen poeta soy, y cuando escribo una novela me dicen que que buen dramaturgo soy. Habrá que ver qué pasa en el futuro; yo trabajo para perdurar, pero suele ocurrir que los que quedan son los escritores que no trabajan para perdurar. Ya se verá".

Ostracismo

Autor de una veintena de piezas dramáticas (un teatro, el suyo, nada realista, "algo inesperado y disparatado, con escasa tradición en mi país"), Arrufat dejó de estrenar en 1968, cuando la Unión de Escritores premió una obra, Los siete contra Tebas, que fue considerada antirrevolucionaria. Caso paralelo al de Heberto Padilla con su libro, de poemas Fuera de juego, Arrufat dramaturgo cayó en un ostracismo del que ha sido rehabilitado recientemente, aunque sigue sin poder estrenar. "Nunca he sabido", dice, "las razones". Y aquel ostracismo le ha permitido todos estos años, asegura con optimismo , insistir en la poesía y en la narración.En muchos de sus poemas y en varias de las prosas que conforman este libro recién publicado en España hay acaso una cierta nostalgia, una melancolía por otros modos de Vida. "Pero en ningún momento", enfatiza Arrufat, "la mía es una literatura escapista, la vida en Cuba está hecha de presente y de pasado, y yo aspiro a la conservación de ciertos aspectos del pasado. En definitiva, un escritor está hecho de nostalgias y de fe en el porvenir".

Arrufat regresó a Cuba en 1959 y empezó a publicar en los primeros años sesenta. Considera que él, como escritor, y la revolución han ido madurando cada uno a su manera, lo que, en ocasiones, le ha traído problemas; pero, en todo caso, sin dudar se considera "un escritor cubano que escribe en Cuba y que morirá en Cuba. Yo soy muy habanero y La Habana es una ciudad hecha a mi medida; no podría vivir en otra parte".

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