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La policía confirma la tesis del fiscal en los cobros del PP en el 'caso Sóller'

La policía y dos testigos particulares -un publicista y un empleado de banca- dejaron ayer en evidencia la supuesta trama oculta de financiación ilegal que el PP tenía en Baleares en 1989. La Fiscalía Anticorrupción avanzó en su intento de demostrar ante el Tribunal Superior, que juzga el caso Sóller que los conservadores manejaron al menos 50 millones de pesetas para financiar gastos electorales y para pagar a dos políticos tránsfugas afines.

Dos policías que investigaron el escándalo descubrieron al supuesto protagonista de las operaciones con dinero negro: el ex secretario general y ex consejero del PP José Antonio Berastain. Berastain es considerado el encargado del manejo, ante bancos y proveedores, de la complicada distribución de la dádiva de 50 millones que libró el concesionario del túnel de Sóller, Antonio Cuart. Su huella personal quedó en el ingreso de un talón nominal particular en Sa Nostra.

La declaración del policía Carlos Fernández al relatar, fríamente, la lista de las comisiones atomizadas en partidas dé 500.000 pesetas, en cuentas oficiales del PP en cada isla resultó el fragmento más duro de los cinco días de vista oral. Después, la defensa del PP retiró sus preguntas a la mayoría de testigos.

El fiscal del caso, Juan Carrau, sostiene que los altos cargos conservadores y del Ejecutivo cometieron sendos delitos de prevaricación y cohecho al recibir dinero de Cuart, un amigo y socio del ex presidente Gabriel Cañellas, por una concesión injusta. Berastain, que era también gerente del PP, niega de manera radical que él interviniera en la trama y cree que no es posible demostrar su participación directa. La defensa de Cuart y Cañellas -así como la del ex consejero de Obras Públicas, Jerónimo Saiz- pretende también alegar la prescripción de los delitos

Abrir los ojos ante el temporal

Cañellas, escorado sobre el maletín, se agarró con una mano al estrado de su defensa, como si el banquillo fuera un yate que navegara en la tormenta. El policía Carlos Fernández, implacable y paciente -fichado hace dos años como inspector estrella por el banquero Botín-, aireaba casi de memoria, una a una y e todas sus ramificaciones, las maniobras de distracción con la que el PP intentó ocultar el dinero sucio. El presidente del Tribunal, Ángel Reigosa, abría lo ojos sobre el croquis de talones cheques e ingresos bancarios una especie de mapa del tesoro que Fernández trazó para explicar dónde fueron los 50 millones contaminados de Cuart. "Abre los ojos" (obre els ulls) es la frase señera de la más importante campaña de publicidad -30 millones de pesetas de gasto- que ha comenzado el Gobierno de Jaume Matas, el heredero de Cañellas. A los consumidores se les dice: "Todo junto e un nuevo proyecto, una nueva mirada, abierta y serena, quiere percutirá en el futuro". El ganador del concurso, la "oferta más ventajosa", es el mismo publicitario-testigo del pasado.

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