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LA ENTREGA DE HONG KONG

China ofrece a Taiwan el modelo de Hong Kong

"Buenos días. Bienvenido a la Región Administrativa Especial de Hong Kong, República Popular China". Con estas palabras despertaba ayer a los clientes la telefonista de un hotel de la ex colonia británica, en su primer día de soberanía china. Los ingleses se han marchado, y con ellos su bandera. Apenas repuestos de la excitación de la madrugada, el presidente chino, Jiang Zemin, y el jefe del Ejecutivo hongkonés, Tung Chec-hwa, pronunciaban palabras de exaltación patriótica y lanzaban mensajes de calma. El máximo dirigente chino hizo un llamamiento a "todos los patriotas" para "luchar por la completa reunificación de la nación", en alusión a Taiwan. El primer ministro, Li Peng, había manifestado antes: "La fórmula un país, dos sistemas sirve para Hong Kong y Macao. También puede servir para Taiwan".

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Jiang Zemin alentó al Gobierno taiwanés a "tomar medidas concretas" para ese objetivo. El máximo dirigente chino dijo también que la República Popular China lucha por la "reunificación pacífica de la patria", y que el modelo aplicado a Hong Kong, de conservar su sistema político y económico, puede ser empleado también en Taiwan. Pero la llamada "provincia rebelde", en la que el Kuomintang (el histórico partido único de Taiwan) y su caudillo, Chiang Kai-chek, se refugiaron tras la victoria de los comunistas en 1949, no quiere ni oír hablar por el momento de reintegración, mientras no exista en China un sistema político pluralista. "El Gobierno de la República de China [Taiwan] nunca aceptará esta fórrnula", se apresuró a contestar el portavoz oficial de la isla.Margaret Thatcher, la ex primera ministra británica, madrugó para asistir a la ceremonia matinal de celebraciones en Hong Kong, que tuvo lugar en el gran salón de actos del Centro de Convenciones. No todos los dignatarios extranjeros asistieron. La madrugada había sido muy larga con la investidura del jefe del Ejecutivo, de sus ministros, de los magistrados -tocados con la peluca victoriana, que por el momento conservarán- y de los 60 diputados de la controvertida Asamblea Legislativa provisional, constituida con el respaldo de Pekín y el repudio de las fuerzas democráticas. Estados Unidos y el Reino Unido boicotearon el acto de juramento parlamentarlo, aunque, decidieron que sus cónsules estuvieran presentes, lo cual creó más confusión.

El Parlamento provisional, que Tung ha prometido disolver en mayo de 1998, aprobó la llamada Ley de Reunificación, un paquete de medidas que este órgano había venido elaborando en Shenzen, al otro lado de la frontera, desde que fue constituido el pasado diciembre.

A la ceremonia matinal no le faltó confusión de lenguas. Tung Chee-hwa, quien en la madrugada había decidido hablar en mandarín -la lengua del continente-, optó por utilizar el cantonés, el idioma del sur del país. Muy rejuvenecida y elegante aparecía entre los invitados la viuda de Deng Xiaoping, el fallecido patriarca chino, a quien tanto Jiang como Tung dedicaron palabras de elogio como el arquitecto de la fórmula un país, dos sistemas. El máximo dirigente chino parecía encantado con el perfil que Tung ofrecía en su primer discurso después de la investidura, y en el que se refirió a tres objetivos prioritarios: vivienda, educación y tercera edad. Anunció un plan de diez anos para suministrar más suelo edificable, prometió medidas contra la especulación rampante del mercado inmobiliario, mejoras en la calidad de la enseñanza, más inversiones en tecnología informática y más protección para los ancianos.

El rostro de Jiang Zemin, que parece cada día más fuerte con vistas al importante congreso del partido el próximo septiembre, dibujó una gran sonrisa cuando el líder de la región autónoma habló de la necesidad de que los hongkoneses entiendan mejor la filosofía de sus hermanos del continente: "Vamos a continuar alentando la diversidad, pero debemos igualmente reafirmar y respetar los finos valores tradicionales chinos como la devoción filial, el amor a la familia, la modestia y la integridad. Valoramos la pluralidad, pero desalentamos el enfrentamiento; luchamos por la libertad, pero no a expensas del imperio de la ley; respetamos las opiniones de la minoría, pero estamos atentos a, intereses más importantes; protegemos los derechos individuales, pero también debemos afrontar las responsabilidades colectivas. Espero que estos valores sirvan de base para unir a nuestra sociedad".

Fiesta en Pekín

Por la tarde, Jiang regresó a Pekín para encabezar una fiesta en el Estadio de los Trabajadores, en donde miles de personas celebraban la devolución de Hong Kong, informa Claudia Gutiérrez. Bajo un cielo iluminado por los fuegos artificiales que dibujaban en rojo las cinco estrellas de la bandera nacional, el presidente se mostraba sonriente y orgulloso.En Tiananmen, obreros afanados en la ardua tarea de desmontar los escenarios que fueron centro de atención del país entero en la noche del lunes, mientras las familias típicas de tres miembros -puesto que sólo se permite tener un hijo- trataban de protegerse del picante sol del mediodía usando banderines de Hong Kong y China como visera. Faroles rojos de todos los tamaños y banderas nacionales ondeando a cada paso.

El primer ministro, Li Peng, tomó la palabra para hablar de orgullo. Durante un breve discurso al pueblo chino, aseguró que ha comenzado el proceso de reunificación de la patria y que no acabará hasta que Taiwan regrese a la soberanía china, para lo cual se puede aplicar el modelo de Hong Kong.

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