Julio Iglesias manda también en junio
Julio Iglesias abarrotó anoche Las Ventas. Y las abarrotó de fieles carismáticos, desatados, felices, y perfumados con fragancias francesas. Julio es el gran seductor de nuestra música, aunque todavía queden ciudadanos que no acierten a comprender el fenómeno. El público fervoroso de Madrid, su patria chica, se puso de largo para ovacionarle. Los reventas hicieron su agosto (o su julio, o incluso su junio): las sillas de la arena, oficialmente a 10.000 pesetas, se cotizaban a 50.000. El dato no precisa de más precisiones.Es curioso, pero este verano los Iglesias copan la piel de toro. Mientras que Enrique alborota a las adolescentes, su padre hace estragos entre las madres, tías, abuelas, primas casaderas y algunas sílfides incontroladas. Con los Iglesias hemos topado.
Julio Iglesias
Orquesta dirigida por Rafael Ferro. Precio: de 2.500 a 10.000 pesetas. Abarrotado. Las Ventas. Madrid, 25 de junio.
Como evento social y político, la noche fue total, todo lleno de pepes y pepas, abanderados por el presidente José María Aznar y su esposa Ana Botella. También andaban por allí el señor Álvarez Cascos y esposa. Y la madre del rey Juan Carlos, que es la reina de Las Ventas y de cualquier acontecimiento que tenga lugar en el coso madrileño. Y, por supuesto, casi toda la plantilla del Real Madrid.
Hay enterados que comentan cierto distanciamiento, cierto pique artístico entre Julio y su hijo Enrique. Pero gentes generalmente bien informadas susurran que tamaño enfrentamiento es pura mercadotecnia montada por papá. Sea lo que fuere, lo cierto es que entre padre e hijo se están repartiendo la tarta de este verano.
Talento y lucidez
Quien diga que Julio Iglesias no canta, carece de idea de lo que es este negocio. Julio canta ahora mucho mejor que hace 30 años. Es un profesional que sabe perfectamente a quién se dirige: latinos, chinos, japoneses, nigerianos, rusos, kurdos, israelíes, moros, cobrizos, amarillos. ¿Cómo se consigue este prodigio? Desde luego, con talento, con lucidez, con vista y con un necesario sentido empresarial que ojalá tuvieran otros artistas nuestros.En algunos momentos, Julio Iglesias dejó anonadados a los tendidos. Por ejemplo, cuando interpretó Carusso, de Lucio Dalla, melodía que sólo puede cantar quien tenga poderío y facultades. Julio domina el bolero y lo interpreta como Dios, pero a su estilo. Noche de ronda fue una gozada. El día que me quieras, una pasada (aunque el tema sea un tango). Evidentemente Julio Iglesias no es un tanguero. Incluso molesta a algunos adictos al género. Pero el viejo zorro sabe llevar todo a su terreno. El es consciente de amores y desengaños, pero tiene muy claro cuál es su papel. No se anda con tonterías. Va directo a lo suyo.
Otro dato: los dos últimos elepés de Julio son los más vendidos en toda la historia de la música popular española. Lo que soñaba Juana la Loca para todos nosotros. Cuando sea mayor, este chico va a ser el copón.
Babelia
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