Un general croata, juzgado en La Haya por crímenes de guerra en Bosnia
Ayer se sentó en el banquillo del Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia el acusado Tihomir Blaskic, un general croata al que se considera responsable de decenas de crímenes en Bosnia. Es la primera ocasión en cuatro años en la que el tribunal trata de juzgar a un alto mando del conflicto de Bosnia; según los fiscales, Blaskic podría aportar pruebas contra los líderes políticos de la región.El caso ya ha provocado tensiones entre el tribunal y el Gobierno croata. El presidente Franjo Tudjman, en un claro acto de desafío, ascendió y condecoró a Blaskic por sus "méritos de guerra" después de que el alto tribunal lo hubiera acusado.
Casado y padre de dos hijos, Blaskic es el primer acusado que tiene que responder no por crímenes cometidos personalmente sino por haber planeado y dirigido los desmanes 3, abusos que realizaron bajo sus órdenes las fuerzas croatas en la región del valle de Lasva, especialmente en el pueblo de Ahmici, donde fueron asesinados cerca de un centenar de musulmanes, mujeres y niños incluidos.
Blaskic compareció ligeramente nervioso, vestido con un traje de color gris oscuro y respondió con voz temblorosa a las preguntas de rigor -nombre, edad, lugar y fecha de nacimiento- que le formularon los jueces, reiterando su inocencia, una postura que ha mantenido desde que llegó a La Haya. El general croata, de 36 años, se entregó voluntariamente en abril de 1996, y por su disposición a colaborar ha disfrutado de una posición privilegiada: en lugar de ingresar en las celdas que tiene Naciones Unidas con los siete detenidos en poder del alto tribunal, ha pasado los 15 meses en una casa con jardín en La Haya donde se le permitía ver la televisión, telefonear a su familia y hacer deporte.
Durante el tiempo que dure el juicio -que con los precedentes anteriores puede prolongarse varios meses con decenas de testigos- los fiscales- tratarán de probar que Blaskic es el último responsable de las salvajes matanzas, limpieza étnica y todo tipo de violaciones del derecho de la guerra que sufrieron en sus carnes centenares de civiles musulmanes que vivían en el centro de Bosnia entre 1992 y 1994.
Según el fiscal, Mark Harmon, "como profesional altamente cualificado era perfectamente consciente de sus actos". Militar de carrera, Blaskic desempeñó cargos de responsabilidad durante todo el tiempo que duró el conflicto entre musulmanes y croatas de Bosnia. Antes de la guerra era capitán del Ejército yugoslavo.
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