Las tabaqueras pagarán 43 billones de pesetas a cambio de inmunidad judicial

En un principio de acuerdo calificado de, histórico, las empresas tabaqueras de EE UU aceptaron ayer pagar en los próximos años un total de 43 billones de pesetas destinados a compensar los daños causados por el tabaco, financiar programas de educación para dejar de fumar y recortar la publicidad de sus productos. A cambio, la industria se libra de las demandas interpuestas en los tribunales por 40 Estados para recobrar lo que se gastan en curar las enfermedades atribuídas al tabaco y consigue una inmunidad parcial frente a posibles demandas de particulares.

Para Michael Moore, fiscal de Misisipi, es "el acuerdo de salud pública más importante de la historia" y supone "el principio del fin del modo en el que la industria ha tratado a los norteamericanos y al resto del mundo".La industria del tabaco -"la que más daño ha hecho", según Moore- con ventas anuales de 52.000 millones de dólares (7,5 billones de pesetas), dedicará parte de sus beneficios a pagar en los próximos 25 años 368.500 millones de dólares (cerca de 43 billones de pesetas). De esta suma, la mayor parte se destinará a compensar los gastos destinados a curar las enfermedades del corazón y de los pulmones que sufren los fumadores. Una cantidad de 60.000 millones de dólares, considerada como pago de los daños causados, financiará el seguro de los niños que no tengan cobertura médica y programas de salud.

El acuerdo contempla el objetivo de reducir en un 60% en los próximos 10 años el consumo de tabaco entre los jóvenes. Las empresas serán económicamente penalizadas si no se alcanza ese porcentaje. No habrá publicidad destinada a los menores y se eliminará la venta de cigarrillos en máquinas y autoservicios. "Esta industria, jamás sometida a normas, será ahora la más regulada de EE UU", aseguró Robert Butterworth, fiscal de Florida.

Las compañías de tabaco han aceptado además, por primera vez, reconocer en las cajetillas que "los cigarrillos crean adicción, causan cáncer de pulmón, pueden producir la muerte y que el humo del tabaco perjudica a los niños."

A partir de ahora, el consumo de cigarrillos en EE UU podría descender aún más, debido a la disminución de la publicidad y al encarecimiento del tabaco. Un acuerdo de esta envergadura necesita respaldo político al mayor nivel. La Casa Blanca no quiso comprometerse ayer excesivamente y anunció que estudiará el acuerdo en las próximas semanas. Para el presidente Clinton sería arriesgada una imagen de excesiva tolerancia con la industria, sobre todo por lo que se refiere a una de sus campanas predilectas, la de reducir drásticamente el consumo del tabaco entre los jóvenes. Las consecuencias políticas de un mal acuerdo serían todavía más negativas para el vicepresidente Al Gore, en caso de que sea el candidato demócrata para las elecciones del 2.000.

En cuanto al Congreso, su aprobación es necesaria por la limitación de daños punitivos, lo que supone un recorte de los derechos de los ciudadanos. Además de esta inmunidad parcial, el acuerdo establece los términos de la indemnización que los Estados recibirán por los gastos de salud pública.