El metro de Miguel Ángel
Una estación convertida en Capilla Sixtina gana un premio para mejorar la capital
Gonzalo Martínez, arquitecto en ciernes de 25 años, opina que el metro es "deprimente" y que en él parece que es siempre noche. Así que decidió que su propuesta de mejora de Madrid (presenta da al concurso Madrid manifiestamente mejorable, convocado por segundo año por el Club de Debates Urbanos) consistió en un montaje fotográfico que cambia un andén del metro madrileño en una Parada Sixtina. Su conversión de una bóveda del su burbano en una copia de la obra de arte renacentista de Miguel Ángel consigió el primer premio.El jurado (integrado por el periodista Moncho Alpuente y el director regional de Urbanismo, Pedro Ortiz, entre otros) no tuvo que discutir a quien daba el galardón., Pero sus miembros no salían de su asombro cuando durante la fiesta del solsticio de verano celebrada por el Club de Debates el jueves pasado Gonzalo subió también a- recoger el segundo premio. Se lo dieron por Hora Punta, un montaje que presenta el paseo de la Castellana rebosante de coches y un lema: A veces para arreglar las cosas hay que empezar por joderlas del todo. Según dice, sólo empleó seis días en preparar sus propuestas.
El viernes 13 se paseó con su compañero Alberto Matesanz, de 24 años, (que se llevó un accesit por un montaje con un poema irónico sobre Madrid) para fotografiar la ciudad. Además del abuso de galardones de Gonzalo (los premios consistían en libros), el Club de Debates premió por su compromiso urbano al dibujante El Roto, y a los vecinos de la Dehesa de la Villa por haber conseguido bloquear la intención del Ayuntamiento de construir allí una autovía y nombró socio de honor al arquitecto Oriol Bohigas.
Durante la fiesta se pudieron contemplar las otras obras presentadas (en total unas 30, según el presidente del Club, Ricardo Aroca). Había una propuesta para pintar de colores la plaza de Santa Ana, un montaje sobre las torres de KIO (tercer premio), unas variaciones sobre el monumento al panda Chu-Lin, (accésit), y un jeroglífico cuya solución es Menos Manzanos y más Manzanares. La organización había decorado la entrada con vallas de obra y ladrillos: "para que los invitados se sientan como en su casa", dijo Aroca.
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