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Últimos pasos hacia un acuerdo que selle la paz del en la guerra del tabaco

Los fiscales, optimistas a pesar de los obstáculos pendientes

Después de casi tres meses de negociaciones, los ejecutivos que representan a las principales empresas tabaqueras de EE UU y los responsables de Justicia de 40 Estados se encontraban ayer muy cerca de conseguir un acuerdo de paz en la guerra del tabaco. Además de fijar las cantidades multimillonarias que la industria pagará para compensar los gastos causados por los cigarrillos, los últimos obstáculos tenían que ver con el deseo de las empresas de lograr algún tipo de protección legal frente a futuras demandas y de limitar el dinero destinado a las indemnizaciones.

A pesar de las previsiones optimistas de algunos fiscales, que hablaron ayer de "acuerdo preliminar", los problemas pendientes eran importantes y no se excluía la prolongación de las negociaciones durante toda la noche. Michael Moore, fiscal de Mississippi, dijo anoche que se estaban haciendo "tremendos progresos" y que se habían obtenido "más concesiones de la industria".En la guerra del tabaco, que se declaró hace cuarenta años en EE UU, cuando sonaron las primeras voces oficiales de alarma sobre los perjuicios para la salud y la capacidad de adicción de la nicotina, la industria ha salido bien librada hasta ahora y nunca ha pagado una sola indemnización.

El panorama cambió radicalmente el pasado año, cuando los responsables de Justicia de los diversos Estados empezaron a presentar demandas ante los tribunales en las que se reclaman millones de dólares por los gastos de salud pública destinados a curar las enfermedades atribuídas al tabaco. La gigantesca maquinaria de la industria, capaz de pagar a los mejores abogados para evitar que progresaran las demandas individuales, se encontró con una fuerza igual o superior en los Estados, agravada por la alta rentabilidad electoral de las posiciones antitabaco y por los informes y estudios que de manera abrumadora establecen la relación entre los cigarrillos y el daño a la salud.

Posible repercusión

Ahora, cualquier acuerdo en el que se admita que el tabaco es la causa del cáncer de pulmón o del desarrollo de enfisemas y enfermedades cardiacas -algo que hasta el momento no ha sido admitido oficialmente por la industria- supondrá una revolución de enormes consecuencias y con repercusión internacional.Según fuentes de los Estados, las líneas básicas del acuerdo establecen una indemnización en tomo a los 350.000 millones de dólares (casi 50 billones de pesetas) que la industria pagará en los próximos 25 años para compensar los gastos de fondos públicos ocasionados por el tabaco. Dentro de esa cantidad, alrededor de 50 millones de dólares podrían dedicarse a un fondo destinado a financiar programas de salud pública sobre el tabaco y a cubrir de alguna forma, aunque sea simbólica, los llamados "daños punitivos", las indemnizaciones que los jurados pueden imponer como reparación por un dañó causado.La industria solicita, a cambio del fondo mencionado, verse libre de la obligación de pagar este tipo de daños a individuos y con efecto retroactivo en eventuales sentencias emitidas

en su contra en los tribunales.

Salida a la industria

Algunos grupos han criticado de antemano el acuerdo porque entienden que se ofrece una salida a la industria que no habría obtenido en caso de fallos en contra en los tribunales y porque creen que eliminar la posibilidad de que los jurados impongan daños punitivos es privar a los demandantes de sus derechos.- Las negociaciones se han llevado a cabo bajo la presión del calendario, porque el primero de los juicios de los Estados contra la industria está fijado para el 7 de julio en Mississippi, si no hay acuerdo previo.

La Casa Blanca ha estado siempre encima de las negociaciones. El presidente Clinton, que tuvo que viajar ayer a Denver para reunirse a partir de hoy con los dirigentes del Grupo de los 7, dejó de guardia a su principal asesor en el conflicto, Bruce Lindsey.

Clinton declaró ayer a The Wall Street Journal que su intención era que las partes se pusieran de acuerdo sin necesidad de acudir a él, pero que estaba dispuesto a intervenir como último recurso, igual que hizo el pasado invierno en el conflicto entre American Airlines y sus pilotos.

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