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El presidente turco llama a la oposición tras la caída del islamista Erbakan

El presidente turco, Suleimán Demirel, emprendió ayer la difícil tarea de encargar la formación de un nuevo Gobierno tras la dimisión del primer ministro, el islamista Necmettin Erbakan, cuya renuncia fue forzada por las continuas presiones del Ejército. Demirel recibió en primer lugar a Mesut Yilmaz,, principal líder de la oposición y jefe de filas del conservador Partido de la Madre Patria (ANAP), el segundo más votado en los comicios legislativos de 1995 después del islamista Partido del Bienestar (Refah).A la salida del palacio presidencial, donde permaneció durante más de una hora, Yilmaz aseguró que había propuesto al jefe del Estado "asumir la responsabilidad" de "proteger el sistema", en una clara referencia al Estado laico fundado por Atatürk en 1923. El líder del ANAP parece dispuesto a disputar a la también conservadora Tansu Çiller, líder del Partido de la Recta Vía, la dirección del próximo Gobierno.

Çiller, aliada con el Refah y con el ultraderechista Partido de la Gran Unión, se presenta como la principal favorita para suceder a Erbakan en el cargo de primer ministro. Sin embargo, la última decisión depende del presidente Demirel, quien ayer proseguía su ronda de consultas con los líderes políticos y aún no había manifestado su voluntad.

Yilmaz sólo cuenta con 129 diputados en el Parlamento de Ankara, de 350 escaños, aunque confía en recibir el apoyo de los parlamentarios socialdemócratas del Partido Republicano del Pueblo y del Partido de la Izquierda Democrática, así como de los disidentes de la formación política de Çiller, que se niegan a reanudar el pacto de coalición con los islamistas.

Tansu Çiller cree disponer del respaldo de 282 diputados para sacar adelante su investidura como primera ministra. "La oposición no podrá lograr la mayoría", advirtió ayer la ministra de Exteriores turca.

La prensa turca citaba ayer declaraciones atribuidas, a fuentes militares en las que se asegura que los mandos del Ejército no tolerarán una nueva coalición de Çiller y Erbakan. "El nuevo Gobierno no va a ser en nada diferente al anterior", declaró un jefe militar al diario Milliyet.

Entretanto, el islamista Partido de la Prosperidad procede a una purga de sus militantes más radicales para evitar su ilegalización por el Tribunal Constitucional, a raíz de una denuncia del fiscal general de Ankara. El diputado Ibrahim Halil Celik fue forzado ayer a dimitir tras augurar que en Turquía iba a "correr la sangre" al convertirse en "una segunda Argelia".

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