La UE lima diferencias para suscribir el Pacto de Estabilidad

Los 15 países de la Unión Europea (UE) se reúnen hoy y mañana en Amsterdam para aprobar la reforma del Tratado de Maastricht y dispuestos a salvar una crucial cumbre a la que se ha llegado en plena crisis de confianza. Alemania y Francia, los dos principales motores de la UE, acuden a la capital holandesa con puntos de vista distintos sobre el Pacto de Estabilidad. El gran reto que se plantea es el de hallar el equilibrio entre lo monetario, que defiende Bonn, y lo económico-social, que reclama París.

Anoche, sin embargo, irrumpió el optimismo. Los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) intentaron pactar detalles que permitan un acuerdo sobre el futuro del Pacto de Estabilidad, y en Amsterdam era perceptible la voluntad de cumplir bien con los desafíos planteados. A primera hora de la madrugada de hoy, el presidente del Ecofin, el holandés Gerrit Zalm, manifestó su gran "satisfacción, porque hemos realizado progresos extraordinariamente positivos", y auguró: "Hoy seremos capaces de alcanzar un acuerdo aceptable para todos", añadiendo al Pacto de Estabilidad para el euro una resolución sobre política de empleo. Rodrigo Rato, ministro de Economía y Hacienda español, manifestó, a su vez, que había un ambiente de consenso positivo. Según Rato, el acuerdo es muy factible y no pondrá en riesgo los fondos estructurales que recibe España de la Unión porque no se plantea la revisión de las perspectivas financieras.Las exigencias sobre el empleo del nuevo Gobierno socialista francés y su negativa a suscribir el Pacto de Estabilidad propugnado por Alemania para crear un euro estable si no hay satisfacción a sus demandas habían creado tensiones entre los socios comunitarios. Justo antes de la reunión de ministros de Finanzas celebrada ayer, el alemán Theo Walgel aseguró que el Pacto de Estabilidad "no es cuestionable".