La conexión el ministro de Justicia con un magnate mafioso sacude a Argentina
La permanencia del ministro de Justicia argentino, Elías Jassan, corre peligro, y el presidente Carlos Menem acusa las consecuencias de su caída en desgracia. Ha quedado al descubierto que Jassan mintió cuando negó sus relaciones y las conversaciones telefónicas mantenidas desde octubre, casi cien, con el poderoso empresario Alfredo Yabrán. Este, dijo en su día el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, es un mafioso que no duda en emplear la violencia para amedrentar a sus competidores.
Yabrán ha sido citado también por fuentes policiales y por la prensa como el presunto inductor del asesinato de José Luis Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias. Cabezas le hizo la única foto reciente de la que disponen los medios de comunicación: casi en primer plano, en bañador, paseando con su esposa por una playa. "Hacerme un foto a mí es como pegarme un tiro en la frente", protestó el empresario ante Hector D'Amico, director del semanario."Estamos frente a una asociación entre el menemismo como poder político, con la responsabilidad de Menem a la cabeza, y los intereses empresariales conducidos por Yabrán", declaró Carlos Alvárez, líder del centroizquierdista Frente País Solidario. "Me pregunto si no estamos gobernados por una banda, cuando un ministro, sospechado por los vínculos con el presunto autor intelectual del crimen de Cabezas, acusa a los servicios [organismos de espionaje] de operar en su contra". Igualmente severo fue el ex ministro del Interior de Menem, Gustavo Beliz: "Las llamadas de Jassan a Yabrán son las llamadas a la carpa de Alí Babá". Para la socialdemócrata Unión Cívica Radical: "Todo el Gobierno está bajo sospecha" y Jassan "no es una pieza suelta".
Paciente 'inversión'
En un momento en que el controvertido empresario se encuentra sometido al fuego cruzado de la oposición y parte del gubernamental peronismo, y en el que ha tenido que comparecer ante los jueces y el Congreso, sus contactos telefónicos con el ministro de Justicia, negados el jueves, llevaron a la sospecha. Toma cuerpo la tesis de que tras invertir pacientemente durante dos décadas en políticos, peronistas o radicales, en jueces o en periodistas, el empresario reclama ahora su ayuda.El presidente Menem guarda un prudente silencio: "Por ahora hay que esperar", dijo. "Él [Jassan] dio un comunicado, y punto". En ese comunicado, un día anterior a la conferencia de prensa del sábado en la que reconoció haber hablado "ocasionalmnente" con Yabrán, el ministro protestó como acostumbra a hacerse en estos casos: sufre una campaña en su contra por quienes le quieren mal, y desde diciembre no usa el número del teléfono celular mencionado. Ante las evidencias en su contra debió admitir sus diálogos con Yabrán -"obviamente no tienen nada que ver con el tema de Cabezas", dijo- y sí con las acusaciones efectuadas por Cavallo a partir de 1995. "Si bien es cierto que yo recibí llamadas de Yabrán, jamás me senté a cenar con él para acomodar mis números como sí hicieron otras personas", añadió.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.