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HACIA LA MONEDA ÚNICA

Los intentos de Francia de matizar el camino al euro desencadenan una caída generalizada de las bolsas

La petición por parte de Francia de un periodo de reflexión antes de firmar el plan de estabilidad europeo llevó ayer el caos a los mercados financieros. En pocos minutos, pasaron de conseguir máximos históricos a sufrir pérdidas millonarias. La Bolsa de Madrid cayó un total de 18,68 puntos desde el nivel máximo alcanzado durante la sesión y erró con un recorte de 7,96 puntos (1,38%). 1 dólar, en un movimiento contrario al esperado, no sacó ventaja y cerró con pérdidas.

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Los analistas no captan los matices del doble lenguaje político y habían dado por buenas las declaraciones previas de los responsables franceses en cuanto al acatamiento del pacto de estabilidad europeo, sin tener en cuenta que no dijeron cuándo lo acatarían. La petición de un periodo de reflexión por parte del ministro francés de Finanzas cayó sobre los mercados como un jarro de agua fría.El choque entre la Europa social y la monetaria estaba servido, a pesar de que todo el mundo está convencido de que ningún país se echará, atrás a estas alturas. La Bolsa de Madrid, que ganaba a mediodía 9,70 puntos y conseguía un nuevo máximo histórico,- cayó en pocos minutos 18,68 puntos (3,24%), en el mayor alarde de volatilidad de este ejercicio.

Poco importó que Wall Street abriera, con otro máximo y situara su índice por primera vez en la historia por encima de 7.500 puntos durante la sesión. [El mercado neoyorquino cerró con un avance de 42,72 puntos, en 7.478,50, segundo récord consecutivo]. En estos momentos, es evidente que la cuestión europea tiene prioridad y que los inversores apuestan abiertamente por las soluciones monetarias, sin matices de ningún tipo.

La Bolsa de París pasó de ganar casi 30 puntos a una caída de 62, para terminar la sesión con un descenso de 33 (1,22%). Francfort subía 32 puntos y acumuló una pérdida de 27, de la que apenas tuvo tiempo de recuperarse, ya que cerró con un recorte de 25 puntos (0,69%).

Londres apenas participó de los sufrimientos de sus socios europeos y terminaba la sesión con una ganancia de 41 puntos (0,90%). La cuestión del curo está más lejana para los inversores británicos, que optaron por seguir la tendencia de Nueva York debido a la mayor similitud en la trayectoria de las economías británica y estadounidense.

Los mercados de deuda fueron también un fiel reflejo del cambio de expectativas a corto plazo en Europa. Las posiciones compradoras de la mañana se tornaron en una acumulación de papel, que castigó más a los países periféricos, entre ellos España.

La deuda española a 10 años tenía por la mañana una rentabilidad del 6,58% y terminó la sesión en el 6,66%, al tiempo que el diferencial con la deuda alemana empeoraba, hasta alcanzar los 0,87 puntos, un nivel al que no se llegaba desde hacía un mes. Las diferentes expectativas de España y Alemania respecto del euro a lo largo de este ejercicio han hecho del diferencial de la deuda un instrumento poco fiable, ya que su volatilidad corre pareja a la de la renta variable.

Sorpresa en divisas

A primeros de marzo el diferencial entre la rentabilidad de la deuda española y la alemana estaba en un 1,41 puntos, mientras que sólo dos meses después llegaba a 0,65, el mínimo histórico, y en poco menos de 10 días ha vuelto a 0,87.

En los mercados de divisas hubo sorpresa, al no aprovechar el dólar la relativa situación de debilidad de la Unión Europea. Los operadores de este mercado señalaban la coincidencia de dos situaciones puntuales como responsables de esa reacción.

La primera apunta hacia un dólar sobrecomprado y puesto en cuestión por el elevado déficit comercial de Estados Unidos con Japón, lo cual hizo que el cambio entre las dos divisas cayera más de tres yenes, para cerrar a 112,78 por dólar. La segunda cuestión señala al marco alemán como moneda refugio alternativa frente al euro, es decir, que los inversores que quieren tener posiciones en divisas europeas eluden la diversificación cuando hay problemas y se refugian en el marco

La peseta tuvo un cambio medio de 145,11 por dólar, con una recuperación de 1,78 pesetas, mientras perdía 18 céntimos frente al marco, con un cambio medio de 84,65 pesetas. Al cierre, cotizaba frente al dólar a 144,54.

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