Cuatro países del Caribe acuerdan defender los arrecifes de coral
La cadena de arrecifes que recorre las costas caribeñas de México, Belice, Guatemala y Honduras, que constituye el segundo banco coralino más importante del mundo después del australiano, ya tiene protección. Por lo menos ése es el compromiso formal que han adquirido los cuatro países, que de ahora en adelante deberán esforzarse por preservar de la depredación a uno de los ecosistemas más ricos del planeta.
El acuerdo compromete a los cuatro gobiernos a establecer áreas naturales protegidas, a fomentar el ordenamiento costero y el ecoturismo, a prevenir la contaminación de las aguas y a fomentar la investigación científica y la participación social. Para ello buscarán apoyo técnico y financiero internacional: el primer dardo ha sido ya lanzado hacia Naciones Unidas.El documento, ratificado por los presidentes de México, Guatemala y Honduras y el primer ministro de Belice en las impresionantes ruinas mayas de Tulum, en el Estado mexicano de Quintana Roo, ha sido acogido con escepticismo por los grupos ecologistas mexicanos, que lo consideran como una simple declaración de intenciones muy a tono con el Día Mundial del Medio Ambiente que sirvió, el pasado jueves, de marco para la ceremonia.
El llamado Sistema Arrecifal del Caribe Mesoamericano (o Gran Arrecife Maya) ocupa una extensión de mil kilómetros cuadrados y cobija a miles de especies que representan prácticamente a todos los grupos de organismos marinos existentes. Se extiende desde las islas Ho1box, en Quintana Roo, hasta las hondureñas islas de la Bahía. Además de su riqueza biológica, la barra de arrecifes previene la erosión de las costas.
Precisamente los arrecifes del Caribe mexicano han sido uno de los puntos de fricción entre el Gobierno y los grupos ecologistas, que hace dos años se enfrentaron por un proyecto de construcción de un muelle de cruceros en la isla de Cozumel, en Quintana Roo, cuyos bancos de coral tienen unos 350 millones de años. Ahora los responsables de medio ambiente preparan un plan de emergencia para frenar el deterioro que sufre la región, que con la ciudad de Cancún al frente constituye uno de los principales enclaves turísticos del país.
