La ausencia de los 'grandes elefantes'
Lionel Jospin ha decidido al final no recurrir a los grandes elefantes del mitterrandismo en el Gobierno que ayer presentó y en el que a la participación de comunistas y ecologistas se suma la fuerte presencia femenina: ocho mujeres en una lista de 26 miembros, y una de ellas, Martine Aubry, responsable de la cartera de Empleo, con rango de número dos. Se trata del Ejecutivo más restringido de los últimos doce habidos en Francia desde 1981: 14 ministros, dos ministros delegados y diez secretarios de Estado.Jospin frenó en seco las especulaciones de la víspera al no invitar, por unas u otras razones, a las grandes figuras del Partido Socialista (PS) a formar parte de su equipo. Ya lo anticipó en la noche del pasado domingo, al afirmar que iba a comenzar una etapa distinta a la de François Mitterrand sin que ello significara una ruptura con el legado del fallecido presidente. De hecho, en su Gobierno se mezclan caras nuevas con personalidades que desempeñaron carteras ministeriales u otros cargos importantes en el aparato de Estado durante la época mitterrandista
Siete de los 16 ministros pasan por ser próximos a Lionel Jospin, tres están considerados como de la órbita de Michel Rocard y dos secretarios de Estado pertenecen a la cuerda de Laurent Fabius.
Jacques Delors, a quien algunos analistas apuntaban como posible responsable de Asuntos Exteriores o consejero especial para asuntos europeos, se ha quedado fuera del equipo porque él mismo declinó. Pero con su hija, Martine Aubry, estará de algún modo representado. Sin embargo, es significativo que otros pesos pesados del socialismo francés no recibieran la llamada del nuevo primer ministro. Léase entre otros Michel Rocard, con quien Jospin no tiene buenas relaciones, Heriri Emmanuelli, Jacques Lang, Pierre Joxe, Paul Quilés o Laurent Fabius, si bien este último parece destinado a presidir la Asamblea Nacional.
Uno por encima de todos, Jean-Pierre Chevènement, responsable de la difícil cartera de Interior, sobresale por su dilatada experiencia en puestos de gobierno. Chevènement, considerado un nacionalista de izquierdas, fue ministro en tres ocasiones entre 1981 y 1991 y dimitió en otras dos por discrepar con la postura oficial. La más sonada durante la guerra del Golfo. Chevènement tendrá, entre otras tareas, la de proseguir la colaboración antiterrorista con el Gobierno español como han hecho varios de sus predecesores y que tan buenos frutos dio con su antecesor Jean-Louis Debré.
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