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FERIA DE SAN ISIDRO

Pepín Jiménez sufrió un pitonazo en una mano

Durante la lidia de Foquero, cuarto toro de la tarde, de la divisa de Guardiola Fantoni, el diestro Pepín Jiménez sufrió un pitonazo en la mano derecha. Según el parte médico facilitado por el cirujano jefe de la plaza de Las Ventas, Máximo García Padrós, el diestro murciano, sufre "una herida en la región lateral externa de la mano izquierda de 10 centímetros, de pronóstico reservado".A la salida de la plaza, Miguel Navarro Molina, alcalde de Lorca (Murcia), hacía patria. "Éste es uno de los días en los que uno se siente orgulloso de ser lorquino", manifestaba el edil, que no dio importancia a que su paisano emborronara su actuación con un bajonazo infame. "Ha toreado de ensueño. Ha hecho una de esas faenas que se queda para siempre en la retina, lo de la espada es lo de menos. Aunque ha sido una lástima", concluía gozoso Navarro Molina, a quien el torero y maestro de escuela lorquino había brindado su primer toro.

Manuel Caballero entró en el cartel sustituyendo a José Tomás, herido el día anterior por un ejemplar de Los Bayones. "Me enteré justo al termino del festejo de ayer. Nunca he desea do sustituir a un compañero por que éste tuviese una cornada, pero esta profesión es así y hay que tomar las cosas como vienen. Afortunadamente", matiza el diestro de Albacete, "estoy muy preparado y ya en febrero estaba dispuesto para venir a San Isidro".

Caballero, de 25 años, daba gracias a Dios por estar vivo al término de la corrida. "El sexto y último mío ha sido el toro que más miedo me ha hecho pasar a lo largo de toda mi carrera", decía. "Tenía plena conciencia de que en cualquier momento podía arrollarme porque cuando le podía se quedaba esperándome". El matador manchego consideraba que había salido revalorizado de la feria y explicaba que su primer toro no había tenido transmisión. "Ni chicha ni limoná", concluía el torero, que declaraba estar "tranquilo por haberle podido al último de mi lote, que era muy complicado".

Barrera se recupera

Por otra parte, el novillero Antonio Barrera, que resultó herido de gravedad el pasado sábado en la localidad de Sotillo de la Adrada (Ávila), se recupera de la cornada que le infirió un ejemplar de la divisa de Hermanos Juárez. Según el diestro, la cornada es grave, de 20 centímetros, e interesa al fémur, parte la vena safena y desgarra varios músculos. "Salvé la vida de milagro", dice Barrera, de 21 años, que está ingresado en el Hospital Universitario de Getafel en Madrid.

Compromisos en plazas de responsabilidad como Valencia, Barcelona, Sevilla o Zaragoza aguardan al torero- aún convaleciente, que no descarta volver a hacer el paseíllo en Las Ventas -debutó en Madrid a comienzos de la temporada con una novillada de La Guadamilla-.

"Deseaba tomarla alternativa lo antes posible, pero dependía de mi actuación en los citados cosos", afirma Barrera.

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